Allí sobre las seis de la tarde Nacho Aragón hacía su entrada vestido con traje beige y camisa blanca y Bea llegaba un poco después luciendo un vestido lencero con velo diseñado por Claudia Llagostera.
Una ceremonia cargada de emoción e incluso discursos de amigos y familia, como el Ichi, la hermana del novio, que les dedicó unas palabras, y que se refería así a su ya cuñada: «No tenían bastante con el mimado de la casa que ahora tenemos dos. Digamos que Bea no entró con buen pie pero, con paso firme y mucha ternura, se fue haciendo un hueco en esta casa porque, los que conocéis a Bea sabéis que ella se hace querer rápido, siempre preocupándose por los demás», explican desde Divinity.
También habló Leticia, la hermana de Bea, que reconoció que la pareja le había enseñado muchas cosas: «Primero, el propósito no es convertirnos el uno en el otro, es reconocernos el uno al otro, aprender a vernos y honrar lo que somos cada uno…. Por mantener el amor no hay que preocuparse, del amor hay que ocuparse cada día», dijo entre otras cosas en su intervención.
Emilio Aragón, el padre del novio, protagonizaba un divertido momento, cuando en la fiesta posterior a la ceremonia, se subía al escenario y recitaba los siguientes versos: «Hoy es la boda de Bea y Nacho, hoy es el día se han casado los dos de blanco. Madre mía, ya pensábamos que nunca llegaría» e interpretaba después el conocido tema ‘Susanita tiene un ratón’.
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