La psicóloga especialista en neuropsicología, colaboradora de Colorbaby, además de profesora de Educación Infantil y orientadora en un centro escolar, Paloma Castellanos, explica en La Razón, que este tipo de juguetes: «contribuyen al bienestar emocional, social y cognitivo». Es más, la experta explica que «son esenciales para el desarrollo sensorial de los niños, especialmente durante los primeros años. Gracias a sus suaves texturas y colores, los pequeños exploran nuevas sensaciones, lo que favorece su curiosidad y aprendizaje sobre el mundo que les rodea».
Además son fuente de consuelo para ellos y su cuidado les ayuda a desarrollar la empatía y comprender las emociones ajenas. Y es que los niños recurren a ellos cuando sienten ansiedad, miedo o estrés y los usan para encontrar tranquilidad.
Pero estos no son los únicos beneficios del juego con peluches, Castellanos habla también de la importancia del juego simbólico, algo que es clave en el desarrollo cognitivo, y «los peluches son perfectos para estimular la imaginación«, explica, ya que los niños crean historias que les permiten a su vez practicar habilidades sociales y resolver problemas.
Desde criarconsentidocomun.com añaden que jugar con peluches ayuda a los niños a aumentar la confianza en si mismos, además de «la base para desarrollar y mostrar sus emociones y fomentar los primeros vínculos sociales mediante el juego«, en definitiva a «sentar las bases para las habilidades sociales fundamentales«, explican.
Y explican un beneficio más: ayudar en el desarrollo del lenguaje, ya que «Los niños y niñas necesitan practicar mediante el juego sus habilidades de comunicación. Al participar con nuestros hijos e hijas en la representación de escenas lúdicas de juego simbólico, estamos fomentando su desarrollo lingüístico y ayudándoles a practicar, ya que hablar es una parte natural del juego.»
MÁS SOBRE: