Desde El periódico aluden a los últimos estudios de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que «citan el Informe bebidas energéticas ESTUDES 2023, y revelan que cada mes del año pasado, 4 de cada 10 estudiantes de 10 a 14 años consumieron este tipo de bebida», explican.
Desde la Asociación Española de Pediatría explican que el consumo de este tipo de bebidas tiene consecuencias negativas para la salud en la edad pediátrica y en el adulto. y añaden que: «Muchas de estas bebidas se venden en envases de medio litro y la cantidad de cafeína que contienen equivale a más de dos cafés expresos, además de implicar un elevadísimo aporte de azúcares simples«. Además explican que su consumo se asocia con:» irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares, como taquicardia o aumento de la presión arterial».
Por eso, desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, han decidido tomar cartas en el asunto con un paquete de medidas para prevenirlos. El secretario General de Consumo y Juego, Andrés Barragán, explicaba que la máxima concentración que permite la normativa en la que se está trabajando es de 15 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros de bebida y según el último estudio de AESAN, este tipo de bebidas contienen más del doble: 32 miligramos de cafeína por cada cien mililitros.
Ya no se podrán comprar bebidas energéticas en las cafeterías ni en las máquinas expendedoras de los centros escolares ni espacios educativos. Algo que ya llevan haciendo comunidades como Galicia y Asturias desde 2023.
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