Así influye la forma en la que hablamos a nuestros hijos en su carácter

Podemos, sin darnos cuenta, estar afectando a su seguridad y autoestima en un futuro

Ana Más

La forma en la que hablamos a nuestros hijos es muy importante a la hora de construir su carácter. Y es que todo lo que decimos y hacemos tiene una consecuencia en ellos « Y tienen tanto valor porque ellos y ellas creen ciegamente en nosotros y presuponen que todo lo que decimos es la verdad absoluta», explican desde la web del grupo de educación Sorolla.

De ahí la importancia de cuidar lo que decimos, sobre todo a la hora de regañarles, ya que lejos de educarles podemos estar causando un efecto negativo en ellos.

El investigador y experto en lenguaje positivo, Luis Castellanos, explica que el lenguaje y en concreto las palabras, «forjan nuestra personalidad, nuestra memoria y nuestra capacidad de ver el mundo«. Y resalta su poder en concreto sobre la autoestima: «Cada frase deja huella en el cerebro y determina la forma de actuar y sentirse, aun inconscientemente», explican desde Educación para la familia.

La influencia de hablar a nuestros hijos en términos negativos


Los psicólogos Rosenthal y Jacobson realizaron un estudio en el que hablaban de las consecuencias de algo a lo que llamaron el efecto Pigmalión, que se refiere a como influyen las etiquetas negativas en los niños, del tipo «eres malo, perezoso, malcriado…». tonto…”, que no etiquetan «un comportamiento sino la personalidad del niño, por lo que pueden terminar convirtiéndose en una profecía autocumplida«, explican desde Ser Padres.

Y es que este tipo de palabras afectan a su seguridad y les «dan un mensaje erróneo de lo que son«, explican desde Grupo Sorolla y añaden que «la forma en que las pronunciamos o cómo actuamos ante momentos de enfado, con ira y gritos, les hace guiar su reacción y acción en un futuro, ya que lo imitan todo y somos su modelo a seguir«.

A su vez dan algunos consejos a la hora de hablar con los pequeños:

  • No ser extremista usando frases del tipo ‘Estoy harta de ti’
  • Usar el estar y no el ser, con estar hablamos de comportamiento, con ser les estamos etiquetando. No es lo mismo decir eres malo que no te estás portando bien.
  • No utilizar etiquetas para que no interioricen que son así y asocien esa palabra con su personalidad.
  • No compararles con otros niños
  • No decirles frases que les frustren y les desilusionan. P.ej.: No haces nada bien.
  • No avergonzarles en público
  • No culpabilizarles transmitiendo la idea de que nuestros problemas son culpa suya. P.ej.: Me vas a volver loco.
  • No utilizar amenazas ni chantajes, en positivo o negativo.
  • Hablarles acorde a su edad

Desde el  centro de psicólogos, logopedas y pedagogos Girasol, hablan de la importancia de no reprocharle al niño sus fracasos y mucho menos castigarle: » Evita que tu hijo se preocupe por el castigo que pueda recibir de tu parte; a cambio, ayúdalo a entender las verdaderas consecuencias de sus fallas», explican y hablan de la importancia de  dejar que nuestros niños fallen y de transmitirles la idea de que es normal equivocarse, sin enfadarnos por lo que hayan hecho.

Y es que si en los momentos en los que el niño intenta algo nuevo y rompe o derrama algo involuntariamente, si el padre o la madre estallan, enfadándose mucho, pueden estar haciendo que el pequeño desarrolle temor al fracaso. Al niño le impulsa la curiosidad y esta reacción del padre pueden llevarle a pensar «cada vez que intento algo nuevo me castigan y me siento mal «, así  desarrolla el sentimiento de no puedo, «cada vez que intento algo diferente me castigan», pensará.

 

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