Pero, ¿cómo es la vida de la cántabra? Maite debe su apodo de ‘la maldita’, del que presume firmando así en redes sociales, donde se hace llamar @lamalditabenitez, a un buen amigo suyo, precisamente el que la ha defendido en el plató, que lo explicaba así a la prensa local: «Maite siempre me llamaba ‘maldita muñeca de trapo’, así que ella es mi ‘Maldita’ y yo su demonio. Juntos somos la bomba».
El joven, además, dice de su amiga que tiene un corazón que no le cabe en el pecho y los que la conocen dicen de ella que «es una persona normal, humilde y muy divertida«, explican desde Telecinco.
La exconcursante ya de ‘Gran Hermano’ vive con su padre y su perro en la localidad de Ampuero, en la comarca de Asón, donde trabaja en una empresa conservera y es muy conocida entre sus vecinos. Tiene 35 años y tres hermanas y, aunque no tiene hijos, presume de haber ayudado a criar a su sobrino.
La joven es una apasionada del cine, le encanta disfrazarse, tal y como se puede ver en sus rede sociales, donde aparece vestida como Cruella de Vil o de diablesa, le encanta Mónica Naranjo e hizo sus pinitos en el mundo del cine participando de extra en la película «Ocho apellidos Catalanes«.
Su carácter directo y sin filtros le ha costando la expulsión, algo que ella esperaba, sin embargo reconocía que es una gran concursante, «sin pelos en la lengua, sin ninguna máscara, sin ningún victimismo, con un gran corazón y me llevo grandes amigos«, tal y como le explicaba a Jorge Javier.
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