Si no te gusta, súbelo, súbelo… esa fue una de las canciones que durante un determinado tiempo se nos metió a todo el mundo en la cabeza y nos perseguía a todas horas. Wallapop se ha vuelto la plataforma perfecta para deshacerte de todas las prendas que solo hacen ocupar sitio en tu armario y a las que queremos darle una nueva vida. De hecho, más de 15 millones de personas las que ya se han registrado y compran o venden algún producto. Si embargo, el éxito, una vez más, se convierte en el blanco fácil en los estafadores.
Lanzar una alerta avisando de que hay un nuevo sistema de fraude se ha vuelto algo típico y rutinario. No paran de nacer técnicas con las que pretenden sacar a los usuarios sus datos personales para indagar en sus cuentas. Y eso, sin duda, ha hecho que las empresas se vean amenazadas constantemente por los hackers. Si hace unas semanas era Amazon la que estaba en el punto de mira, ahora es Wallapop quien le coge el relevo.
¡Cuidado con la ‘rata’ de Wallapop!
Como explicábamos, las estafas están a la orden del día. No obstante, a veces los wallapopers son más rápidos que los estafadores y ha sido gracias a uno de ellos que hemos descubierto el nuevo timo «muy común» que corre por la plataforma.
@HunConH, el usuario de X que ha dado voz, ha explicado que puso en venta un colín monoplaza de la moto. Es decir, la parte trasera de una moto que sirve de soporte para el piloto y que estaba «impecable». De manera natural, una persona se interesó por ese producto y, tras entablar una conversación y hacer los pasos correspondientes, se lo envió.
Después de que el comprador recibiese la pieza, abrió una dispuesta con el siguiente motivo: «Hola, he pedido la devolución. El producto no está tan nuevo como me comentarse, ni tiene 4 o 5 usos. Tiene infinidad de picotazos, la parte trasera está desencajada, la parte central tiene un rayón, y por el interior se nota hasta la suciedad… Entiendo que sea de AliExpress y el precio, pero si me dices que está nuevo y con apenas uso, esperaba otra cosa».
Unas palabras a las que el tuitero le respondía, asegurando la mala suerte que había tenido en intentar timarle de manera nefasta, pues tenía vídeos de que su producto estaba «perfecto» y las fotos que había adjuntado «reventado» no eran suyas. Finalmente, el comprador zanjó la supuesta disputa: «Supongo que se arrepentiría de ser una rata estafadora, vio que tenía pruebas de que mi colín estaba perfecto y decidió hacer lo correcto».
