En el pasado 2015, Erik Ritcher, director del Departamento de Fisiología Molecular de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), aseguró a la prensa internacional que estaba trabajando en un invento inédito. El científico afirmó que podía crear una píldora «que imite los efectos del ejercicio físico y recree esas acciones en nuestro cuerpo», como declaró en BBC.
Desde entonces, muchos periodistas se han estado haciendo eco de lo que se conoce como ‘pastilla para no ir al gimnasio’, aunque su verdadero nombre es SLU-PP-332. Pero parece que el proceso de elaboración de tal píldora se quedó ahí…hasta ahora. Un equipo de investigadores de la Sociedad Química Estadounidense (ACS, por sus siglas en inglés) ha presentado en la reciente reunión de primavera ‘ACS Spring 2024’ sus últimos avances en este campo.
Los científicos aseguran que ya tienen en su poder un compuesto digerible con el que se obtienen los mismos beneficios que cuando acudes al gimnasio, con una única diferencia: no tienes que hacer nada, solo tragar.
A pesar de lo que pueda parecer, y del nombre que le ha otorgado la prensa, el objetivo de estos investigadores no es vaciar los gimnasios ni fomentar el sedentarismo. Para nada. De hecho, el cabecilla del proyecto, Bahaa Elgendy, profesor de anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, ha instado a hacer ejercicio físico:
«Beneficia tanto a la mente como al cuerpo, no podemos reemplazar el ejercicio y sigue siendo importante en todos los niveles», ha asegurado. Y te preguntarás, entonces ¿por qué han creado esta cápsula? La respuesta es que no todo el mundo es capaz de hacer actividad física y «se necesita un sustituto».
Es decir, que el complemento SLU-PP-332 puede ayudar a personas que padecen atrofia muscular, insuficiencia cardíaca, algún tipo de cáncer o cualquier afección que les impida realizar actividad física. Además, Elgendy señala que también podría compensar los efectos de los nuevos medicamentos, como los que prometen una pérdida de peso.
Para dar con esta pastilla innovadora, los investigadores analizaron la estructura del estrógeno (ERR) y cómo se unen a las moléculas que los activan y durante la investigación lograron diseñar nuevas moléculas que provocaran una respuesta más fuerte. «El fármaco aumenta la fibra muscular y mejora la resistencia», explicaba el científico.
Eso sí, que las ansias no nos puedan, ya que pese a los avances en este experimento, la pastilla para no ir al gimnasio aún no estará en venta, ya que por el momento solo se han hecho ensayos con roedores, aunque los resultados parecen prometedores: «Ganaban 10 veces menos grasas y perdían el 12% del peso, al final del estudio, aunque no hubiesen cambiado la cantidad de calorías ni la práctica de ejercicio físico».
MÁS SOBRE: