María Pombo y Pablo Castellano

Así es el interior de ‘Casa vaca’, el nuevo hogar de María Pombo y Pablo Castellano

Ambos celebran que las obras ya han llegado a su fin

Marcos Aceña

María Pombo es una de las creadoras de contenido con más seguidores de nuestro país, ya que solo en su cuenta oficial de Instagram cuenta con más de 3 millones de usuarios pendientes de sus publicaciones y actualizaciones. Es precisamente  esta red social el canal que utiliza para conversar con todas las personas que desean acercarse a su perfil, en el que comparte su día a día junto a Pablo Castellano, su marido, y los dos hijos que el matrimonio tiene en común: Martín y Vega.

 

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Uno de los temas más recurrentes para María en los últimos meses ha sido la construcción de lo que ella denomina la ‘Casa Vaca’

María Pombo y Pablo Castellano vivirán en plena naturaleza

La creadora de contenido siempre ha hecho público su deseo de vivir en el campo junto a su familia, y su sueño se ha hecho realidad, ya que las obras de su nueva casa, ubicada en Cantabria, han llegado a su fin y podrán mudarse allí lo antes posible.

A través de su perfil de Instagram ha compartido un ‘House Tour’ con el que ha mostrado, de cerca, algunas de las estancias principales de su nueva vivienda, entre las que destacan el amplio salón con vigas blancas en el techo, en el que han aprovechado muebles de su antigua casa tal y como ellos mismos explican, o la inmensa cocina en la que destaca una mesa alta en la que poder comer o desayunar sin necesidad de ir a otra estancia.

Ya en el piso superior y con un suelo de diseño completamente distinto cuentan con un salón secundario más íntimo en el que destaca un amplio sofá de color morado en el que, probablemente, el matrimonio duerma la siesta más de una vez.

 

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Las opiniones han sido dispares, desde los que han quedado fascinados con la obra como su amiga y compañera de profesión Violeta, que aprovecha para confirmar: «Un sueño! Enhorabuena familia, disfrutadla mucho», como otros usuarios a los que la nueva vivienda no les ha resultado excesivamente agradable: «Las habitaciones cada cuál más fea. ¡Madre mía! Pero si parecen de mi tatarabuela. Para gustos los colores pero mi no entender con los jóvenes que son y que decoren una casa tan al estilo antiguo».