De ahí que, durante los días que estamos de vacaciones recurran a nuestros dispositivos como fuente para atacarnos. El móvil se vuelve un indispensable ya sea para fotografiar algún instante, buscar algo a través de Google o ver cómo llegar a algún punto. Algo que se traduce en un agotamiento de batería que nos lleva a recurrir a cargadores o USB públicos para ponerlos a cargar y que vean esto como un punto de acceso para hackear nuestros datos.
Cada vez son más los métodos que los ciberdelincuentes inventan con el objetivo de acceder a nuestros datos y hackearlos. En los últimos meses, de hecho, hemos visto cómo se han creado métodos como el Bluesnarfing con la que acceder a nuestros datos a través de Bluettoth, la ‘rata’ de Wallapop con la que estafan a los usuarios de manera online o el timo fácil de la falsa DGT de los 19 euros.
El juice jacking es un tipo de ataque a través del cual los ciberdelincuentes nos instalan en nuestro dispositivo un malware que les permite conectarse a través de los puntos de carga (normalmente a través de USB) y obtener datos confidenciales. Es decir, podrán robarte información así como tener acceso remoto al teléfono móvil.
Como comentábamos anteriormente, mayormente esto sucede cuando usamos cables USB que pueden estar infectados, por lo que la mejor manera es no utilizar cables que hayan en lugares públicos. La mejor solución ante esto es llevarse un cargador portátil USB o un cargador normal para conectarlo en lugares seguros.
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