Con un concepto cuidado al detalle que pretende ser el fiel reflejo de la sociedad actual, Dani Fernández ha conseguido que su sonido tan característico, en unión a las doce composiciones estelares, hagan que no te puedas sacar estas canciones de la cabeza.
La primera grieta de ‘La Jauría’ es ‘Todo cambia’, que a su vez fue el primer sencillo que pudimos escuchar a comienzos de año y que nos abrió por primera vez las puertas de la nueva era artística de Dani. Lo mismo ocurre con las dos siguientes canciones, que han sido los otros aperitivos musicales que pudimos escuchar con algo de antelación, ‘Criminal‘ y ‘Me has invitado a bailar‘. Son, sin lugar a duda, una carta de presentación excepcional del álbum.
La cuarta posición del repertorio la ocupa ‘Joderme la vida’, que, pese a comenzar con una melodía que podría hacernos recordar alguna canción country, es una de las canciones que más refleja su sello personal. Mientras que en la primera estrofa no le hace falta más compañía que la de una guitarra eléctrica, a partir del primer golpe de batería del estribillo, el tema da un giro de 180 grados, convirtiéndose en una de las más punk del álbum.
En quinto lugar llega ‘¿Y si lo hacemos?’, una de las dos especiales colaboraciones que el cantante ha querido incluir en el álbum. En este tema se fusiona con la sensibilidad y la calidez de Valeria Castro, y juntos firman un dueto que no deja indiferente a nadie y que para ellos ha sido un gran regalo.
En el escuador del álbum se encuentran ‘Por no bailar contigo’ y ‘Cariño, suéltate el pelo’, que son dos de las canciones más cañeras del álbum, ya que cuentan con un tempo más acelerado. El ritmo de la batería es el hilo conductor de ambas, en fusión con otros elementos musicales como las guitarras eléctricas, que también tienen un peso fundamenteal en este proyecto. Dan paso a ‘Oaxaca’, la segunda de las colaboraciones, que en este caso protagoniza Iván Ferreiro, quien ha conseguido fundir a la perfección su reconocible voz con la de Dani Fernández.
Encarando la recta final del disco encontramos ‘Inertes’, que tiene un ritmo más arraigado al del pop tradicional que va cogiendo fuerza a medida que avanza el tema hasta llegar a ‘Me sabe fatal’, la canción en la que el artista habla sobre el éxito o la fama.
Como en prácticamente todos los álbumes, no podía faltar una balada, que llega en la penúltima posición bajo el título ‘Competir’. Es la primera y única canción del disco en la que no suena la batería, ya que al cantante le ha sobrado con un sutil acompañamiento de cuerdas para que su voz transmita toda la verdad que pretende transmitir con una letra tan profunda.
‘La Jauría’ llega a su fin con ‘La trama principal’, cuyo ritmo se aleja del que Dani nos tiene acostumbrados, ya que llega a recordar a los géneros del jazz y del soul, el broche de oro perfecto para un trabajo impecable.
Cuando llegues al final tendrás la necesidad de volverlo a reproducir desde el principio, porque Dani Fernández ha conseguido la jugada perfecta: Lanzar un álbum musicalmente exquisito, cuidado al detalle, hecho con mimo y que deja con ganas de más.
Sin lugar a dudas, marca un punto de inflexión en la carrera del artista, ya que, aunque sus dos discos anteriores también son excepcionales, a ‘La Jauría’ le cubre un velo de madurez y personalidad que permanecerá por siempre en la trayectoria de Dani.
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