Y es que según algunas investigaciones el uso abusivo de pantallas en niños se vincula a dificultades en el lenguaje y a una «limitación de la capacidad de riqueza lingüística del niño dentro del entorno familiar», explican desde la web de psicólogos psicologiaestrella.com. Desde donde se refieren a otras investigaciones que «están vinculando trastornos de conducta y de aprendizaje en niños pequeños expuestos a la televisión, smartphones o tabletas: dificultando su capacidad de tolerar la frustración y rechazando los límites».
Además, hablan del «Síndrome de Visión por Computadora» (CVS o Computer Vision Syndrome), un grupo de problemas relacionados con la visión que resultan del uso prolongado de computadoras, tabletas, lectores electrónicos y teléfonos móviles, cuyos síntomas más frecuentes son fatiga visual, dolor de cabeza, visión borrosa y dolor de cuello y hombros. Y por si esto fuera poco, el uso de pantallas antes de dormir interfiere en el sueño de los menores ya que se ha observado que la luz azul que emiten interfiere en la melatonina y por tanto en la regulación del sueño.
Desde la OMS recomiendan que el uso de pantallas en niños de menos de un año debe ser cero, de dos años menos de una hora diaria, de tres a cuatro años una hora y de cinco a 17 años no superar las dos horas.
La buena noticia es que hay alternativas mucho más saludables a las pantallas y que mediante ellas podemos reducir su uso. Desde el Hospital Vithas Lleida, la pediatra Pilar Riu, explica que: «Es fundamental ofrecer alternativas atractivas a los niños para que dejen las pantallas de lado y disfruten de actividades que fomenten su desarrollo y bienestar».
Y propone en este sentido las actividades al aire libre, como pasear, descubrir nuevos lugares en la ciudad, hacer excursiones en la naturaleza buscando plantas e insectos, practicar deporte en familia como bicicleta, observar la luna y las estrellas o poner una tienda de campaña en la terraza o en el jardín.