Según se ha conocido en la alerta publicada a nivel europeo, la presencia de los niveles altos de toxinas se detectaron durante un «control fronterizo». Asimismo, desde el Rasff ha ordenado a todos aquellos que puedan haber comprado o consumido estos frutos secos del riesgo que pueden suponer en la salud.
Las aflatoxinas son micotoxinas que se producen a través de dos especies de Aspergillus. Un hongo que se desarrolla en las zonas con climas cálidos y húmedos. Habitualmente este tipo de aflatoxinas se desarrolla en los alimentos como cacahuetes, frutos secos, maíz, arroz, higos y otros alimentos secos como especias, aceites vegetales, crudos y granos de cacao.
Las personas entran en contacto con este tipo de hongos cuando consumen productos que han estado en contacto con plantas contaminadas o con carnes o productos lácteos procedentes de animales que se alimentaron de alimentos contaminados.
Así pues, cuando existe una posición mayor, como en este caso con los pistachos, y una persona lo consume se pueden producir dolores abdominales, náuseas, vómitos, piel y ojos amarillos, somnolencia, pérdida de conciencia o convulsiones. Estos síntomas pueden variar según la persona y, por supuesto, según el nivel de aflatoxina ingerida.
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