Alejandro Sanz está viviendo una apasionante recta final del año, ya que, tras lanzar hace apenas unas semanas su nueva canción ‘Palmeras en el jardín’ y encontrarse dando los retoques finales del que será su próximo proyecto discográfico, que se haría realidad en la primera mitad del 2025, ha recibido el galardón ‘Vanity Fair Personaje del Año 2024′.
Al recogerlo, ha ofrecido un emocionante discurso que ha conmocionado a todos los allí presentes, con palabras dedicadas a su música, sus amigos y su actual pareja, Candela Márquez.
Alejandro Sanz cautiva, una vez más, con sus palabras
Con un rostro que reflejaba su emoción, Alejandro Sanz comenzó su discurso afirmando: «Cuando yo soñé con ser artista, lo hice por dos cosas: una, no tener que levantarme temprano; y otra, no tener que hablar en público. Ninguna de las dos cosas se han cumplido. (…) Aunque yo hubiera omitido lo del trabajo: creo que existe una cosa que se llama la constancia inconsciente, que podría ser equivalente a la búsqueda obsesiva sin esfuerzo, o lo que podríamos definir como amor. Amor a lo que uno hace, sin importar los obstáculos reales o ficticios, sin importar las opiniones, los chismes, la insignificancia opulenta… Las cumbres se afrontan sin importar la incertidumbre que te crea lo cómodo o lo inquietante que sea el valle. El esfuerzo no existe si sabes dónde vas.»
También quiso dejar de manifiesto que el mes que viene seguirá siendo el mismo hombre, pese a que finalice el año: «Me señalan como como Personaje del Año y nadie se paró a pensar que ya es diciembre. Me lo hubieras podido decir en enero, que habría disfrutado todo el año ser el Personaje del Año y no ahora, que me quedan sólo unos pocos días para serlo. Aunque ya se está acabando el año y yo casi no me enteré de por qué me conceden este honor. Déjenme decirles que el año que viene pienso seguir siendo el mismo hombre que he sido: la necesidad de ser la mejor versión de uno mismo no caduca con el Año Nuevo.»
Como no podía ser de otra manera, Alejandro Sanz también quiso hablar de uno de los factores más importantes de su vida, las canciones: «La música no me permite dormirme, ni flaquear, ni abandonar, ni conformarme. El arco se tensa y el ojo apunta porque hay una diana a la que uno quiere acertar. Me gustaría decirles que el mundo va a ser mejor, que todos nos vamos a amar, que no va a pasar nada, que no va a ir a peor, pero la realidad es que lo único que podemos cambiar cada día es lo que somos nosotros, lo que hacemos con las cosas que tenemos, con lo que sabemos hacer. Intentar arreglar lo que sea posible y hacerlo de la mejor forma, y dejando un segundo de regalo para nuestros relojes».
Por último, se ha mostrado agradecido a sus compañeros y a su pareja: «Gracias a todas y todos los amigos que estáis aquí. Un simple 4 de diciembre se ha convertido en una muesca en mis cachas –la de las pistolas, me refiero–, y quiero desearles un año nuevo de amor, de abandono, de risas, de ilusión y de constancia inconsciente. De nuevo, muchas gracias a todos y disfruten de lo que aman. No le llamen trabajo, ni esfuerzo ni ganas: es lo que somos y por eso merece la pena celebrarlo. Candela, te amo».
