Inmersos de lleno en la era de la digitalización, cada vez es más difícil controlar el contenido al que los más pequeños de la casa acceden en internet. Tienen en la palma de su mano el acceso a cientos de miles de páginas web que no difieren entre adultos y menores, y pese a que muchos de los contenidos que pueden encontrar navegando en la red llegan a ser muy enriquecedores para ellos, hay muchos otros que no están recomendados para edades tempranas y que incluso pueden llegar a perjudicarles en su desarrollo. Es el caso, por ejemplo, del contenido para adultos como los vídeos porno, a los que cada vez se accede con una edad más temprana y para el que no existe regulación, y por ello, muchos países se empeñan en crear campañas publicitarias que consigan concienciar sobre el peligro que tienen estos contenidos, con el fin de conseguir que los padres vigilen más de cerca a sus hijos.
Mazazo de Nueva Zelanda al porno en su nueva campaña
Un equipo del gobierno de Nueva Zelanda ha desarrollado y lanzado una nueva estrategia publicitaria que pretende concienciar a las madres y padres sobre el consumo de porno que sus hijos hacen en internet, y que se ha hecho viral en nuestro país. Al comienzo de la publicidad, dos actores reales y completamente desnudos acuden a casa de una madre para presentarse al pequeño de la casa, que acababa de buscarles en la red.
La madre, atónita, con una toalla enrollada en la cabeza y con un té en la mano, escucha atentamente a la pareja que llama a la puerta para afirmar: «Estamos aquí porque tu hijo nos acaba de buscar en internet, ya sabes, para mirarnos». A continuación, la madre llama a su hijo para que acuda a la llamada: «Matt, Matt, cariño, aquí hay unas personas que han venido a verte».
Además de representar la impactante escena, aprovechan para demostrar que el acceso está en todos y cada uno de sus dispositivos electrónicos, más allá de los teléfonos móviles y de los ordenadores portátiles, ya que a la pregunta que la madre hace: «Así que, ¿os mira por internet?», ambos actores responden con el listado de aparatos con los que los menores consiguen visualizar el contenido: «En su portátil, IPad, Playstation, en su móvil, en tu móvil, smart TV, proyector, de todas las maneras».
El mensaje más importante lo encontramos al final de la campaña, momento en el que se aprovecha para dejar constancia de que lo que se puede llegar a ver en esos vídeos nada tiene que ver con la realidad, ya que es ficción, y destacan temas como la importancia del consentimiento antes de mantener cualquier tipo de relación: «Normalmente actuamos para adultos pero su hijo es sólo un niño, puede que no sepa cómo funcionan las relaciones en la vida real. Nosotros ni hablamos de consentimiento, vamos directos al grano, yo nunca actuaría así en la vida real«.
El anuncio finaliza con el niño apareciendo en escena y derramando su desayuno tras ver a los actores, mientras que recibe una advertencia de su madre: «Parece que es hora de que tengamos una charla sobre la diferencia entre lo que ves en internet y las relaciones en la vida real, sin juicios». A fin de cuentas, un anuncio perfectamente diseñado para crear conciencia sobre la importancia que tiene la educación sexual para que los niños no aprendan sobre este tipo de relaciones en base a vídeos porno de estas características.
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