Montse Díaz, psicóloga del Centro Integral San Lorenzo, explica en el mismo medio que los abuelos, «Suelen ser referentes, cuidadores y compañeros de juegos, además la experiencia añade un grado de sabiduría a sus enseñanzas con los hijos y nietos». Pero decir que los padres están para educar y los abuelos para consentir, está haciendo mucho daño en la actualidad, ya que «se puede acabar malcriando a los nietos o sobrepasando los límites de las normas de los padres del niño», explica.
Y añade que este tipo de abuelos con conductas tóxicas pueden instar incluso a los niños a desobedecer a los padres, a los que pueden desacreditar, además pueden apropiarse de la crianza tomando decisiones sin contar con los progenitores, «a través de la manipulación y la culpa, lo que puede crear roces familiares».
Son abuelos que suelen realizar tareas que se les ha indicado expresamente que no hagan, como dar de comer al niño, además de restar autoridad a los padres o enfrentarles entre ellos, explica la psicóloga Gema José Moreno.
Desde Bebés y más dan alguna otra característica de estos abuelos con conductas tóxicas:
No se puede aceptar un comportamiento inadecuado, angustiante o irrespetuoso por parte de los abuelos, insisten las profesionales que explican que, para que el papel de los abuelos sea el adecuado, ajustado y equilibrado, es esencial explicarles sus funciones y su rol y qué ordenes pueden darles a los niños.
Además de evitar hablar de ‘su época’ con ellos, las cosas se hacían de manera distinta entonces. Y si se da el caso, explicarles que «las emociones que generan en la familia no son adecuadas para el desarrollo de sus nietos». Además de supervisar sus visitas si no cumple los límites establecidos. Algo en lo que insisten desde bebesymas.com, «si detectas ciertas conductas tóxicas en los abuelos de tus hijos, ya sea en tus padres o en tus suegros, es muy importante que pongas límites».
Y es que este tipo de abuelos «suelen ser altamente perjudiciales para la crianza de nuestros hijos en el sentido de querer cambiar las cosas a su modo, sin respetar nuestras opiniones y deseos», explican.
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