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Victoria Federica vuelve a liarla: cada vez que sale, se corona

La nieta del emérito se comportó de forma poco educada con la prensa durante su asistencia a un acto publicitario

Redacción Cadena Dial
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Victoria Federica
El hábito no hace al monje y el apellido, parece que tampoco. Por muy Borbón que seas, la educación no está reñida con la clase social a la que perteneces y, en este sentido, Victoria Federica es la mejor demostración de ello.

La nieta de Juan Carlos I y sobrina del actual rey de España está lejos en la línea de sucesión pero desde luego, cada vez que asiste a un acto, se corona.

La última demostración de soberbia, vanidad y falta de protocolo la ha dado el pasado jueves 11 de mayo.

La joven, de profesión «influencer«, tenía una cita en el Pabellón Satélite Madrid Arena de Casa de Campo para asistir a la última campaña publicitaria de una conocida marca de gafas.

Con dos horas de retraso llegaba al photocall aunque aún nadie sabe para qué, porque ganas de posar para la prensa no tenia ningunas. El tremendo desplante a los medios de comunicación no pasó inadvertido entre los compañeros que hacían la cobertura y que protestaron en voz alta contra la afrenta.

 

Victoria Federica, de profesión «influencer» pero sin ganas

 

La hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar llegó con gesto enfadado y tenso evitando cruzarse con paparazzi y periodistas, Pertrechada entre su equipo de seguridad no hizo ademán de pararse más que unos segundos antes el photocall y marchó rauda y veloz sin atender a las preguntas de los reporteros que llevaban más de dos horas esperando su llegada.

Por su puesto, la organización también negó el acceso a la prensa a la fiesta posterior al evento y varias personas del equipo de seguridad del acto impidieron el paso cuando los cámaras y redactores intentaban hablar con ella.

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No es la primera vez que Victoria Federica muestra su desprecio y desdén hacia la prensa. Algo que debería hacerle reflexionar porque precisamente las marcas reclaman su presencia y cobra por ello por el interés que mediáticamente despierta. Puede ser, que en futuro, si su actitud persiste, mate a la «gallina de los huevos de oro» que de momento justifica que como una persona sin formación ni estudios conocidos, pueda ganarse la vida simplemente «por estar» y pasear su apellido.

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