No es un secreto a voces que el sol es un enemigo para el ser humano y a la vez un aliado. Su radiación es indispensable para no tener déficit de vitamina D o alteraciones en el estado de ánimo, pero también puede convertirse en una gran amenaza para la piel, sobre todo, si hay una sobreexposición prolongada y no se está utilizando una protección como barrera. Por eso, es tan importante ponerse protección solar todos los días del año, pero especialmente, en los días en los que reinan las altas temepraturas, ya que una simple quemadura puede derivar en un cáncer de piel.
Precisamente por eso, el protector solar se acaba convirtiendo en un producto imprescindible en el neceser, que no puede faltar nunca, independientemente de si eres hombre o mujer, de la edad y del tipo de piel.
Los expertos insisten en que su uso no sólo debe reinar los días de verano, momento en el que es frecuente las salidas a la piscina, a la playa y al campo y en general, a una mayor exposición a la radiación solar. De hecho, insisten en que es importante usarla en cualquier momento en el que sol va a dar en la piel, independientemente de si hace 35ºC o 15ºC.
Llegados a este punto, muchos tendrán dudas sobre el fototipo de la piel, qué producto solar va mejor, si pueden utilizar el del año pasado, si hay una forma concreta de aplicarla y hasta qué significan los números que aparecen en los protectores solares, los cuales siempre tienden a ser de 10, 15, 20, 30 o 50. Hay un mensaje bastante extendido que indica que esta cifra representa la duración en minutos del protector solar en la piel. Sin embargo, un popular farmacéutico de Instagram, Álvaro Fernández (@farmaceuticonenfurecidofernandez) ha desvelado cuál es el verdadero significado.
SPF responde a las siglas en inglés de Sun Protection Factor que en castellano significan «factor de protección social», pero ¿a qué hace referencia? Según la Asociación de Cáncer Americana, es el nivel de protección que un producto contiene frente a los rayos UVA.
Pero el farmacéutio, popular en redes sociales por sus consejos respecto a los medicamentos, ha dado un paso más allá en este aspecto. Según el experto la piel cuenta con un determinado grado de protección frente al sol, asegurando que éste será más alto cuanto más moreno uno es. Por tanto, el SPF no es el tiempo que tardas en quemarte, sino que es un «multiplicador del tiempo que tardas en empezar a quemarte de forma natural«.
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Para entenderlo más claramente, el experto pone el siguiente ejemplo: «Si una persona tarda 5 minutos en quemarse y utiliza una crema con factor de protección solar del 30, entonces tardaría unos 150 minutos en quemarse. Este resultado se obtiene de multiplicar el número de minutos en el que la piel empieza a quemarse o ponerse roja y el indicador de protección solar que venga reflejado en el producto. El resultado es justo el multiplicador de la protección natural que cada uno tiene en la piel.
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