Vanesa Martín

Vanesa Martín confiesa que es lo peor de las giras: «Te deslumbran pero son fugaces»

La artista ha reflexionado sobre los contratiempos que surgen cuando te alejas de tu casa

Nuria Miguelez

La gira de Vanesa Martín continúa fuera de nuestras fronteras, generando en todo su público Placeres y pecados al escuchar su espectacular voz en directo. La artista continúa asombrándose con cada paso que da y en cada lugar que visita, algo que comparte y de lo que siempre aprende.

Sus seguidores están esparcidos por todo el mundo y nunca dejan de mostrarle su cariño en todas partes que visita. Una de sus recientes paradas fue en Bogotá, la capital de Colombia, donde inmersión en su cultura, recorriendo las calles, conociendo a su gente y explorando los instrumentos típicos de la región.

No obstante, no todo es positivo cuando pasas tanto tiempo fuera de casa y Vanesa ha querido evidenciarlo en sus redes sociales. «Estas cosas también suceden en gira. Aunque vivamos experiencias y momentos bonitos y algunos increíbles… Siempre tienes un pie en el sitio y otro en la vida que formaste y te sostiene», comenzaba a explicar en una reflexión que acompaña a un vídeo de sus perritas.

 

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«No tengo hijos, pero tanto a Bruno como Carmela les hablo mucho,» decía Vanesa Martín sobre las videollamadas que intercambia con us mascotas.

Lo peor y lo mejor de las giras, según Vanesa Martín

El tiempo que está dedicando a disfrutar con sus fans de su música le ha llevado a reflexionar: «La vida son muchas cosas, algunas te nutren y te hacen mejor persona, te generan una mente y un equilibrio sano, confortable. Otras, te desordenan, te disparan la adrenalina y pueden llegar hasta sacarte de ti un poquito…. Otras te deslumbran, pero son fugaces, otras te dan aliento y fuerza para seguir peleando por lo que más amas o por los que más amas y respetas…», admite la artista.

Y es que una vez más, Vanesa ha querido compartir una cachito de su alma. «Aprender es una constante, el manejo de tus herramientas personales. Reconocer tus errores, tus cagadas, tu ira, tu nobleza, tu equilibrio, tu alegría, quien fuiste y quien eres. Reconocerte, echarle sentido del humor, luces y aceptarte. Pedir perdón y agradecer todo lo bonito e inmenso que nos da el vivir. Conocer y disfrutar de personas increíbles. Aunque solo sea un rato, hay miradas que son alentadoras».

«Una buena conversación, debatir, reflexionar, que te tambaleen las creencias… gloria! Tantas culturas diferentes, tantas maneras, tanta diversidad, tanto contraste, tanta riqueza hay por ahí y no hablo de la material… Hablar el mismo idioma no es solo hablar la misma lengua. Y transmitir y entendernos va por otros códigos. Además de. Seguimos», terminaba escribiendo desde Ecuador.

 

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