Hace un par de meses nos referíamos a un estudio comparativo de la OCU sobre qué era más ventajoso, si lavar los platos a mano o hacerlo en el lavavajillas. Con el lavavajillas «se invierte menos tiempo y trabajo en la limpieza del menaje, al tiempo que se consigue una mayor higiene»«, explicaban desde la organización de consumidores entonces. Hoy te contamos un truco relacionado con este electrodoméstico.
Pero antes nos detenemos en otras evidencias, como que meter los platos al lavavajillas supone un gasto de 10 a 15 litros de agua por ciclo y fregar a mano supone en torno a 60 litros de agua para dos fregaderos llenos. Algo que también se nota en el consumo de energía, ya que «al tener un consumo de agua mucho más pequeño, el gasto del lavavajillas también es más bajo, entre un 50 y un 70% menos de energía que lavar los platos a mano», explicaban entonces.
Sin embargo hoy nos referimos a algo que tiene que ver más con la limpieza de este electrodoméstico que con su consumo. Un truco con un vaso y solo dos ingredientes que lo mantendrá como nuevo. Te lo contamos.
Y es que si queremos que nuestra vajilla y nuestra cubertería salgan como nuevas del lavavajillas, es esencial que mantengamos su interior lo más limpio posible. Algo en lo que este truco para el que solo necesitas un vaso, bicarbonato sódico y vinagre de limpieza, te va ayudar.
Para ello espolvorea el interior de tu lavavajillas con bicarbonato sódico (media taza es suficiente), eso si, cubre bien el fondo, las rejillas y el recipiente de los cubiertos. Con esto conseguirás desengrasar y quitar el mal olor del interior del electrodoméstico.El siguiente paso es llenar un vaso hasta arriba con vinagre de limpieza y colocarlo en el centro de la rejilla de arriba del lavavajillas. Este gesto además de desinfectar, limpiará los depósitos de cal acumulados en las tuberías y aspas.
Para que ambos ingredientes hagan su función, pon en marcha un ciclo de lavado a la temperatura más alta que puedas, para potenciar la acción de ambos ingredientes. El resultado es un lavavajillas sin grasa ni malos olores, además de completamente desinfectado. Por último saca el vaso, comprueba que no haya restos de bicarbonato e inicia un ciclo de lavado solo con agua para enjuagar cualquier residuo.
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