mujer perfecta

Una vez le preguntaron a Bob Marley si existía la mujer perfecta y su respuesta te encantará

Te contamos cómo afrontar el Síndrome de la Mujer Perfecta

Nuria Serena

X (antes Twitter) esconde muchas veces joyas como ésta que desde Cadenadial.com queremos compartir contigo.

La cuenta Dominio del Dinero dejó en el foro esta maravillosa reflexión de Bob Marley que respondió de manera brillante a una pregunta que quizá nunca debió formularse: ¿Existe la mujer perfecta?

Y él respondió:


¿A quién le importa la perfección?
Ni siquiera la luna es perfecta, está llena de cráteres.
El mar es increíblemente bello, pero salado y oscuro en las profundidades.
El cielo siempre está infinito, pero a menudo nublado.

Así que no todo lo bello es perfecto, es especial.
Por lo tanto, cada mujer puede ser especial para alguien.

Deja de ser «perfecta», pero trata de ser libre y vivir, haz lo que te gusta, no trates de impresionar.

El síndrome de la mujer perfecta

Vivimos en una sociedad escaparate: muéstrame como pareces, no como eres, ni lo que sientes. Un mundo en el que se espera que cada uno de nosotros cumplamos ciertas expectativas sociales y culturales lo que nos empuja a crear también una serie de autoexigencias personales cuyo objetivo es cumplir con el deseo de agradar a los demás y ganar su aprobación y aceptación.

No obstante, esta constante búsqueda de la perfección es contraproducente ya que puede derivar en una insatisfacción, estrés, sentimiento de fracaso y autoevaluación devastadoras.

El síndrome de la mujer perfecta existe desde hace décadas motivado seguramente tras la salida masiva de la mujer al mercado de trabajo: comenzaron a tener más oportunidades y expectativas laborales pero recibían presiones para seguir siendo madres, esposas e hijas perfectas.

La mujer que sufre este síndrome persigue la excelencia en su carrera profesional pero también en su apariencia física, en su rol de esposa y madre, y en cualquier otra ámbito de la vida en el que participe de forma activa.

Este síndrome provoca problemas en la salud mental y emocional de quienes lo padecen y su solución pasa por la terapia y la concienciación: el desarrollo de una imagen positiva de sí mismas y una perspectiva más realista y saludable de lo que significa perfección.

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