Se trata de un truco de lo más sencillo. Basta con recortar una hoja de papel de horno, rociarla con el perfume o esencia que más nos guste y después colocarla sobre el radiador. Al soportar temperaturas de hasta 220 grados, no tenemos por qué preocuparnos y podemos dejarla puesta hasta que la fragancia se acabe.
Conseguiremos que el buen olor se extienda por toda la estancia y no solo esta sino por toda la casa. Pero además, puedes conseguir que tu ropa huela muy bien, forrando los cajones con este tipo de papel y rociándolo también con tu aroma favorito, se conservará muy bien y olerá mucho mejor.
Por ejemplo las flores, tanto secas cómo naturales, además de decorar dejarán un aroma maravilloso en tu casa. Bastará con poner un ramo de rosas, jazmín o tus flores favoritas en tu salón o bien hacer centros con flores secas a las que puedes añadir unas gotas de esencia cuando pierdan aroma.
Otra opción es poner agua a hervir y añadir unas gotas de aceite esencial del aroma que más nos guste. Cuando rompa a hervir retíralo y pon la mezcla en un recipiente de cristal, te asombrará el olor tan rico que deja. Y una cosa más, si te gusta el olor a cítrico, parte una naranja o un limón por la mitad, vacíala y rellena el interior con sal gruesa . Ponla en un recipiente para que no se derrame y tendrás tu ambientador natural.
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