Todo el mundo conoce los beneficios de practicar sexo: subida de la autoestima, reduce el riesgo de cáncer de próstata, libera endorfinas, redice el estrés, rebaja los efectos de la menopausia, quema calorías, fortalece el suelo pélvico, mejora tu salud cardiovascular… Todo son ventajas para animarse a practicarlo más, especialmente cuando tienes un buen compañero o compañera de cama.
Pero, a pesar de las múltiples razones por las que tener relaciones sexuales es algo de lo más sano, también ocurre al contrario. La falta de sexo también influye en nuestro ánimo y nuestra salud y, por supuesto, también tiene consecuencias negativas cuando notamos la ausencia de este tipo de intimidad, como ansiedad, estrés, frustración, bajón de autoestima…la época de sequía castiga de forma un tanto cruel a nuestro cuerpo cuando la abstinencia te empieza a pesar según pasa el tiempo.
Y, ¿qué pasa cuando solo han pasado unos días? ¿Es normal sentirse un tanto…ansioso cuando llevamos días sin practicar sexo? La respuesta es sí. Es habitual sentir esa frustración cuando dejas de practicar sexo por unos días cuando se trata de tu pareja y hay un motivo.
No es nada nuevo decir que el sexo une a las personas, especialmente cuando ya hay un vínculo creado. Pero ahora un nuevo estudio publicado en la Association for Psychological Science no solo habla del sexo como una herramienta clave en la unión entre parejas, sino también como un factor de lo que denominan «resplandor sexual».
En este sentido, cabe mencionar el estudio llevado a cabo por Andrea Meltzer, investigadora de la Universidad Estatal de Florida, que partía de la premisa de que los beneficios del sexo pueden perdurar incluso antes de las relaciones íntimas, pero solo durante un periodo máximo de 48 horas.
Para probar esta teoría, la experta entrevistó a 96 parejas casadas por un lado, y a otros 118 casados y a todos ellos les pidió que comenzaran un diario sexual y analizaran en él el número de relaciones sexuales que mantenían con su pareja y su grado de satisfacción con cada una de ellas. Tomando como eje estas notas, Meltzer comprobó que el nivel de satisfacción era mayor cuando pasaban dos días después de intimar.
«Esta investigación es importante porque se une a otras investigaciones que sugieren que el sexo funciona para mantener unidas a las parejas«, apuntó Meltzer. Señala, además, un dato importante y es que estas conclusiones no distinguen por sexo o edad.
«Los participantes que reportaron un resplandor sexual más fuerte de 48 horas [también] reportaron niveles más altos de satisfacción en la relación de cuatro a seis meses después», concluye.
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