El universo parece estar mandándole señales a Tamara Falcó. Y es que a la infidelidad de Iñigo Onieva descubierta apenas días después de que la pareja anunciara su compromiso y al esguince que sufría hace tan solo unas semanas hay que sumarle un nuevo inconveniente: la hija de Isabel Preysler se ha quedado sin vestido de novia ¡a mes y medio del enlace!
Recientemente se conocía por la prensa que la firma Sophie et voilà, que se iba a encargar de hacerle el vestido de novia a Tamara Falcó, anunciaba el cese de su colaboración con la marquesa por no poder «cumplir con determinadas exigencias de la señora Falcó», quien al parecer habría instado a la firma a plagiar ciertos detalles de otros vestidos.
Al conocer el comunicado esta ya desmintió que las cosas se hubieran dado de ese modo, y en su reciente visita a El Hormiguero ha explicado su propia versión. «Ya conté que buscando un vestido para la boda de mi hermana encontré ese y se lo enseñe a ella y no le gustó, pero a mí me encanta y quería llevarlo. Estas chicas vinieron a casa de mi madre me dijeron que les encantó la inspiración y me dijeron ‘te lo hacemos’. En cuanto lo conté en El Hormiguero y dije la palabra ‘inspiración’ empezó a haber mucha tensión«, contaba esta en el programa de Pablo Motos.
Parece que tras estas declaraciones las cosas cambiaron, y en la siguiente prueba de vestido, a la que Tamara acudió acompañada por su madre, su hermana Ana Boyer o su cuñada, se materializaron dichos cambios hasta el punto de que la futura novia se encontró con un vestido diferente a lo que esperaba.
«El vestido había cambiado completamente, y a esa prueba venía mi madre, y mi madre es muy exigente... Yo nada más ponérmelo no me veía con ese vestido, tenía unos volúmenes que no eran, en cuanto me lo probé supe que no era el mismo. Hay unas fotos que lo describen todo… Fue súper incomodo y ahí empezó a ir mal todo«, expresaba Falcó señalando el mal rato que también pasó Isabel Preysler en esa cita con la firma. «Mi madre no entendía nada, fue muy duro«, añadía.
En cuanto a su relación contractual con Sophie et voilà, Tamara reconoce que tiene el caso en manos de sus abogados, pues «se han dicho cosas horribles«. Esta se mostraba tranquila, pues entre las cláusulas había una que especificaba que esta no estaba obligada a ponerse el vestido si el resultado final no era el que esperaba.
«Podríamos haber terminado muy bien, hemos tenido nuestros rifirrafes pero no me considero una persona difícil de trabajar«, lamentaba sobre lo que pudo ser y no fue con el que iba a ser su vestido de novia. Ahora le toca ponerse manos a la obra con su nuevo vestido, y es que el tiempo no corre a su favor.
«No puedo valorar durante mucho tiempo y quiero dar las gracias a los diseñadores que se han acercado para hacerme el vestido en tan poco tiempo… Han sido muy cariñosos«, confesaba. ¡Ya está en marcha!
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