Pero no debemos olvidar que las radiaciones solares son las responsables del estrés oxidativo de la piel, esto a su vez da lugar a la aparición de radicales libres que causan envejecimiento prematuro de la piel, manchas solares, deshidratación y en algunos casos cáncer de piel. Además desde la Sociedad Española de Oncología Médica, explican que el sol es el principal causante de melanoma, el tipo de tumor cutáneo más peligroso y responsable del 80% de las muertes asociadas a un tumor maligno de la piel.
Además tal y como explican desde sabervivirtv.com, «el hecho de que la temperatura ambiental no sea tan cálida como en verano nos puede engañar respecto a la fuerza de los rayos del sol. En esta época los rayos llegan a nuestro hemisferio tan perpendiculares como en verano. A medida que nos acercamos al solsticio de verano (el 21 de junio) esos rayos nos llegan más rectos.»
Respecto a cuándo tomarlo los expertos coinciden en que debemos evitar hacerlo en las horas centrales del medio día, la mejor hora para hacerlo es antes de las diez de la mañana o después de las cuatro de la tarde. Y además debemos tener en cuenta que las radiaciones ultravioleta traspasan las nubes, por lo tanto en días nubados debemos tener el mismo cuidado.
Algo muy importante es también el uso de protector solar, desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), recomiendan utilizar durante el año factor de protección 30, y en verano de 50. Debemos aplicarlo unos veinte minutos antes de salir y sin olvidarnos de zonas como cuello, espalda y orejas.
Desde el mismo medio recalcan además la importancia de la hidratación, “Una piel más hidratada es una piel más elástica y y menos irritada. Además, se eliminan las escamas de las pieles secas y eso permite la mejor aplicación de las cremas», explica al mismo la doctora María José Alonso de la AEDV.