Hace un tiempo el periodista Joaquín Prat reconocía públicamente que volvía a estar enamorado. Lo hacía en Ya es mediodía durante un debate con sus colaboradores sobre si el amor engordaba o no. Prat reconocía, «estoy enamorado y desde que lo estoy, he adelgazado». ¿Sabes cuánto nos engorda el amor?
Precisamente hoy hablamos de ello, ¿engorda estar enamorado?, pues parece que sí, y no precisamente poco. Una media de cuatro kilos y medio es lo que engordamos desde que empezamos a flirtear con alguien hasta que esa relación se consolida.
Eso es al menos lo que explicaban desde Yodona, que referenciaba una encuesta realizada en 2015 por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) ya la que llamaron ‘Encuesta XLS Medical, Enamorarse y su Relación con la obesidad o sobrepeso’.
El estudio en cuestión señala varias causas de este incremento de peso cuando estamos enamorados, entre ellas la tendencia a picotear más, a hacer menos deporte y a dormir menos, y todo ello tiene entre otras consecuencias el aumento de peso.
Yodona recogía las declaraciones del presidente de la Fundación SEEDO y jefe de sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar, el doctor Albert Goday, que explicaba que «convivir en pareja no engorda de por sí, pero influye en el peso. Está demostrada cierta afinidad en las parejas y así, es probable que si una persona delgada está con una gruesa, acabe engordando».
Aunque precisamente este endocrino es el principal investigador de un estudio, publicado el año pasado en la International Journal of Obesity, que demuestra que puede ocurrir también todo lo contrario, es decir que los buenos hábitos se contagien de un miembro de la pareja a otro. Este estudio demuestra, tal y como explicaban desde el mismo medio, que «los efectos positivos de una dieta se puede expandir al ámbito familiar y que ese beneficio actúa de refuerzo para quien la inicia. En el campo del tratamiento de la obesidad el entorno es muy importante, y más en una cultura como la nuestra en la que se come en la mesa y en familia».
Por otra parte en declaraciones a La voz de Galicia, María Muñoz, dietista-nutricionista, miembro del Colegio Profesional de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Codinma) y experta en salud clínica y pérdida de peso explicaba que «cuando las parejas se van a vivir juntos o se casan, en general, hay una actualización de hábitos, entonces uno de los dos de la pareja es el que va a instaurar sus hábitos. Están las parejas que se cuidan, o las que se descuidan. Cuando hay uno de la pareja que come muy sano y que hace deporte, a veces arrastra al otro y estas parejas adoptan una filosofía de vida muy saludable. Del otro lado están las parejas en las que uno de los dos es el que arrastra al otro al sedentarismo, a tomar ultraprocesados y tener una mala alimentación».
Y apuntaba, además, que cuando se consolida la relación, «como se pierde la necesidad de gustar, muchas personas empiezan a descuidarse. Pero después de un tiempo deciden volver a cuidarse para verse bien y entonces ya no es tanto para el otro, sino para ellos mismos«.
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