El segundo gesto del que habla es darte cuenta de que revisan tus metas laborales, sobre todo si notamos que de pronto aumenta nuestra carga de trabajo a ‘niveles poco realistas’ explica. Entonces la recomendación es comunicarnos por escrito con nuestros jefes de manera cortés y profesional, explicando nuestras inquietudes y buscando aclaraciones al respecto.
Pero hay más detalles que deben hacernos pensar en un despido, como que empiecen a poner ‘en copia’ a otros jefes. Algo que Moore explica puede ser señal de que la «gerencia está creando un ‘rastro documental’ para eliminarte». Y añade: «No seas quisquilloso ni difícil en tus respuestas; debes asegurarte de que tus mensajes sean profesionales y razonables. Si RR HH termina revisando la documentación, lo último que quieren es verte como una persona problemática».
Habla de dos cosas más: que nos cambien de ubicación o departamento y que nos ofrezcan un plan de mejora de rendimiento. Respecto a lo primero explica que, que nos saquen de un proyecto importante sin que quede demasiado claro por qué, puede deberse a que los jefes sepan que hay un proceso de despido en juego. Lo mismo ocurre si notamos que cambian de comportamiento con nosotros. La recomendación entonces es dejarles claro que quieres que te asignen un trabajo de alto valor e impactante y hacer un seguimiento por correo de la conversación, para que esta quede registrada.
Respecto al ofrecimiento de un plan de mejora de rendimiento, puede estar enfocado a todo lo contrario, a despedirte. Y es que en la empresa pueden medir nuestro rendimiento por la capacidad para hacer el trabajo o por no hacer este voluntariamente. Y por ambas cosas pueden despedirnos si no hay mejora en este caso «debes entender cómo se medirá esa mejora», explica el experto.