Con todo por hacer y con la expectativa de muchos trabajadores puesta en este proyecto piloto, un estudio sobre los pros y los contras de la jornada laboral de 4 días, realizado en Reino Unido por diferentes expertos e investigadores de las Universidades de Cambridge y Oxford, recoge resultados de lo más alentadores.
Esta investigación, que todavía no se ha completado, ha involucrado a más de 70 empresas y hasta 3.000 empleados. Estos últimos han visto como se ha reducido su jornada laboral pasando de 40 a 32 horas semanales y manteniendo íntegra su nómina. Durante el estudio se ha mirado con lupa algunos parámetros como la productividad, el agotamiento, el tiempo por enfermedad o los beneficios, y los resultados son de lo más esperanzadores.
De las 41 empresas que han respondido a la encuesta sobre el estudio, el 85% respondiendo que era “probable” y “extremadamente probable” que continuarían con este modelo de 4 días, incluso después de haber finalizado el período de prueba. Además, el 95% de las compañías afirmaron que la productividad se ha mantenido intacta e incluso, había mejorado.
Este estudio también refleja que las empresa empiezan a atender otras necesidades de sus empleados relacionados con su “bienestar”. Estos factores tienen que ver con la baja por enfermedad, el agotamiento físico y mental y el fin de la rotación laboral.
Además, estas métricas que, a simple vista, pueden resultar difíciles de medir, realmente son cuantificables. Para ello, se estudia minuciosamente la pérdida de tiempo, la falta de eficiencia, la motivación, la productividad de los trabajadores, los gastos invertidos en publicidad…
Con la jornada laboral de 4 días, los empleados trabajan un 20% menos pero lo hacen motivados, lo que permite mantener la misma productividad y hasta mejorarla que trabajando una semana laboral tradicional de 5 días.
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