A veces, las preocupaciones y las obsesiones del día a día pueden convertirse en auténticas pesadillas. Precisamente por eso es más frecuente de lo que crees que estas inquietudes se acaben colando en tus sueños y te acaben generando una mayor angustia al despertarte que cuando te habías ido a dormir. Soñar que vuelves con tu ex, que eres víctima de una infidelidad o con mascotas suelen ser algunos de los temas más recurrentes.
Sin embargo, no todo lo que lees y te cuentan es tan real como crees, ya que algunas informaciones responden a simples mitos, que poco o nada tienen que ver con la realidad. Aquí te dejamos algunas de las creencias erróneas que se verbalizan en la cultura popular las rutinas para dormir.
Según Live Science el alcohol adormece y reduce considerablemente el sueño REM afectando a la memoria y a la gestión emocional. Así que, esta afirmación sobre los sueños es realmente un mito porque en todo caso el consumo de este producto genera la típica modorra. Además, y por si fuera poco, su ingesta también aumenta el riesgo de respirar fuerte o roncar.
Otros estudios también afirman que aquellas personas que hagan deporte por la noche no tienen que preocuparse por el sueño, ya que siempre y cuando lo hagan hasta cuatro horas antes de acostarse, no tendrán problemas de conciliación de sueño.
Además, hay estudios que confirman que se suele dormir y descansar mejor aquellas noches en las que has hecho ejercicio que aquellas en las que no. Aunque cómo es lógico si haces ejercicio un rato antes de acostarte, esto puede generar un impacto negativo en tu calidad del sueño.
Bien es cierto que no existe evidencia científica que lo confirme, pero si hay estudios que tienden a relacionar que comer de forma descontrolada o en abundancia sí podría provocar una alteración en el sueño y no tanto por el alimento en sí.
Pese a que siempre los especialistas te bombardean con el mensaje de que impera la necesidad de dormir entre siete y nueve horas diarias, la realidad es que existen recomendaciones para cada grupo de edad y no todo el mundo necesita las mismas horas para descansar y dormir bien. Por lo que la cantidad de horas de sueño dependerá de la etapa en la vida en la que estés, de tu estado de salud y sí, también de la cantidad de energía que quemes durante el día.
A medida que vas haciéndote mayor te das cuenta que la calidad del sueño se altera con mayor facilidad y que tienes mayor dificultad para dormir de forma profunda. Pero esto no quiere decir que las personas pertenecientes a la tercera edad tengan que dormir menos, sino que simplemente se encuentran con mayores problemas para poder conciliar el sueño.