En los días y semanas posteriores a la infidelidad, la persona puede experimentar una sensación de shock y sentirse abrumada por la situación. Pueden tener dificultades para dormir, comer o concentrarse en el trabajo o en otras actividades cotidianas. Es común que la persona tenga muchas preguntas y dudas sobre lo que ha sucedido y sobre la relación en sí.
Es posible que deseen hablar con su pareja sobre lo que ha sucedido y trabajar juntos para reconstruir la relación, o pueden decidir que es mejor seguir adelante y terminar la relación.
También pueden ayudar a la persona a encontrar formas de reconstruir su autoestima y confianza en sí mismos, lo que puede ser particularmente importante si la infidelidad ha afectado su autoestima.
En conclusión, ser víctima de una infidelidad puede ser una experiencia traumática y desgarradora. Sin embargo, con tiempo, esfuerzo y apoyo, es posible superar la infidelidad y seguir adelante con una vida plena y satisfactoria. Es importante buscar ayuda si se necesita, ya sea de amigos y familiares, o de un profesional de la salud mental capacitado.