Desde sportlive.es explican que «los dos tipos de salmón son alimentos ricos en proteínas con 18 g de proteínas y solo 4 g de grasa por cada 100 gramos, con un perfil lipídico muy saludable, por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados, como el oleico y en poliinsaturados, como el linoleico y el omega-3, estos dos últimos beneficiosos para la salud cardiovascular.» Entonces, ¿a qué se debe que algunos expertos recomienden consumirlo con moderación?
Pues básicamente a dos cosas. «Para elaborar estas lonchas de salmón ahumado los productores utilizan una gran cantidad de sal y su consumo regular aumenta, por lo tanto, el riesgo de hipertensión. En segundo lugar, la exposición del salmón al humo provoca la aparición de aminas que se ha relacionado con más riesgo de cáncer, sobre todo de colon.», explican desde El Español.
La nutricionista del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo (Madrid), Belén Fontán Calvo, explica al mismo medio que «el salmón independientemente de su tratamiento es beneficioso para la salud. Sin embargo, la manera óptima de tomarlo es fresco y cocinado de forma saludable».
Pero que no cunda el pánico. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición «consumir estos alimentos de forma ocasional o esporádica es seguro». La experta solo alerta sobre su consumo en caso de tener patología cardiovascular, en cuyo caso tendremos que tener precaución sobre todo por la gran cantidad de sal que contiene. La opción parece clara, tomar salmón fresco es beneficioso para nuestra salud cardiovascular, además de ser un alimento antiinflamatorio y antienvejecimiento.
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