En huffingtonpost.es se refieren a las declaraciones de la coach de salud y nutrición Alicia Moro, en las que explica que hay estudios sobre la sacarina, el aspartame y la sucralosa que reflejan que su uso habitual «produce cambios en la flora intestinal». Esto a su vez dificulta «que el organismo pueda regular los niveles de azúcar en la sangre y se aumenten los riesgos de «padecer obesidad y diabetes».
Además Moro hace alusión al hecho de que estos edulcorantes «hacen que nuestro cerebro analice el sabor de manera distinta». El sabor dulce le está diciendo al organismo que va a llegar azúcar y sin embargo esto no es así y esto puede provocar un desajuste metabólico como la ansiedad por comer dulce.
Por otra parte el dietista Emilio Galíndez, en declaraciones a uppers.es insta a la moderación en su consumo, algo que resulta clave para nuestra salud. Hay opciones como la estevia, el erititrol o el xilitol que son más saludables, aunque la más recomendable es la miel.
«Los efectos de los edulcorantes no son metabólicamente neutros, por lo que es mejor no tomarlos. Estamos rodeados de productos que considerábamos inocuos, pero en la actualidad sabemos que pueden potenciar la aparición de bacterias perjudiciales y que tienen también consecuencias en el control de los niveles de azúcar», explica en declaraciones a epe.es el especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Perpetuo Socorro de Gran Canaria, Julián Tamayo.
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