Los expertos recomiendan que todo el mundo debería hacer cinco comidas al día, comer cosas sanas, y no probar bocado a deshoras. Pero ¿tienes hambre cada vez que comes? Puede ser que lo importante no sea comer cinco veces al día, si no comer para saciar el hambre.
Sabías que…
La ansiedad nos provoca ganas de ingerir alimentos. El motivo es muy sencillo: comer es una conducta que libera neurotransmisores, uno de ellos, la dopamina, que provoca placer, nos hace sentir bien. Esa es la razón de que aunque no sientas hambre fisiológica sueles a la comida para saciar tu ansiedad y buscar un placer momentáneo.
Hay mucha gente que tiene ansiedad por la comida. Come cuando está aburrido, estresado, o demasiado alegre, pero no porque lo necesiten o tengan hambre. Los expertos se cuestionan el fenómeno del comer emocional. Un concepto que consiste en aquellas personas que se alimentan únicamente por alguna emoción, no para saciar el hambre.
Esta teoría varia según las personas, hay gente que recurre a la comida para reducir la intensidad de sus sentimientos cuando están tristes o estresados. Y, por lo contrario, otros no se llevan nada la boca en horas por la misma razón.
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Son varias las consecuencias que puede acarrear el usar la comida como método de defensa ante diferentes situaciones. Nuestro cuerpo gestiona esas emociones con comida que realmente no necesita por lo que esto provoca una subida de peso en la persona. Lo peor, es que esto puede repercutir negativamente en la salud.
Otra consecuencia bastante importante de este mecanismo es la posibilidad de ignorar enfermedades graves debido a la comida. Es una distracción para afrontar problemas que puede llevar a evitar prestar atención a daños mayores como la ansiedad.
La salud mental es muy importante. Se ha observado que las personas socioeconómicamente mas bajas suelen enfrentarse a problemas de angustia mayores, y este tipo de casos suelen desencadenar en el comer emocional.