Esta pequeña pausa ha traído consigo también una pequeña, muy pequeña gira, puesto que la idea de separarse totalmente de los escenarios suponía algo más difícil. Una vez concluida esta etapa de conciertos, la cantante puede dedicarse en cuerpo y alma a su nuevo proyecto.
Este trabajo se presentará como uno muy curado, como es de costumbre en cada cosa que realiza la de Letur, pese a ello, reconoce que su situación actual no le gusta del todo y recuerda con anhelo sus primeros años de vida: «Fui libre en la infancia cuando estaba en el pueblo asalvajada. Ahora no, escribo cosas con mucho miedo y a veces siento que me autocensuro. Mis primeras canciones las escribía para mí, pero ahora soy consciente de que van a ser muchos los que las escuchan».
Aun así, la albaceteña trata de mimar cada una de las cosas que hace, y aunque su abuela no se alegraba de su fama y le decía que no le iba a traer nada bueno, también admite que ha sido la mayor de sus referentes y todo un ejemplo de vida. Por esta misma razón, el último álbum del que hablamos, será uno de cariño y recuerdos.
«Este nuevo disco habla de amor y pérdidas como la de ella. Me he dado cuenta de que la vida se está llevando parte de la raíz del árbol que me sostiene. Hablaré de amor porque, aunque me cuesta mucho decir te quiero, a veces hay que mostrar la cara amable de la vida», ha comentado acerca del proceso de elaboración en el que está sumergida en estos momentos.
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