En su firme compromiso de visibilizar la realidad de los campos de refugiados en el Sahara, la artista realizó recientemente un viaje a Tinduf, Argelia, donde mediante diversas actividades estableció un contacto cercano con el pueblo saharaui y pudo conocer su realidad.
De nuevo en España, la artista ni puede ni quiere olvidar todo lo vivido y aprendido durante esos días. Y es que la realidad del mundo, ya sea en Argelia o Palestina, es demoledora. Y lo peor de las guerras es que siempre se lleva por delante a las víctimas más inocentes.
Así, en sus redes Rozalén compartía la experiencia de una niña de cinco años que vive en el campamento de refugiados saharauis de El Aaiún, en Argelia. «Su padre trabaja en España, su madre intenta superar una dura enfermedad también en nuestro país. Se ocupan de ella y de sus hermanas su abuela y el resto de la familia«, cuenta la artista junto a un vídeo en el que esta, convertida en una sombra por la oscuridad de la noche, no deja de bailar.
«No dejo de pensar en ella al ver las insoportables imágenes de esta semana en Gaza. ¿Nos estamos acostumbrando a ver cadáveres de niñxs en brazos de sus padres, enterrados bajo los escombros y aquí no pasa nada? ¿Sabiendo que se les está negando la ayuda básica, sin escapatoria, bajo continuos bombardeos, con la ya negativa de refugio de los países vecinos?«, lamentaba la artista en la misma publicación.
Las noticias que llegan del otro lado del mundo se sienten cercanas cuando tratan del sufrimiento de seres humanos, especialmente de los más pequeños. «No entiendo que se justifique una barbarie, venga de donde venga, que la población civil pague las consecuencias, que unos muertos tengan más valor que otros, que no se contextualice el dónde y el cuándo del inicio de toda esta masacre, que sea tan diferente la información dependiendo del medio y el país del que provenga, que se mienta y manipule«, continuaba la artista especialmente dolida y molesta con lo que está ocurriendo.
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