Corría el verano de 1997. Rosana era una de las artistas más destacadas del panorama nacional. Por entonces acababa de lanzar como quien dice su álbum Lunas rotas, con el que consiguió un notable éxito gracias a temas como El talismán, Sin miedo, A fuego lento o Si tú no estás.
Tal fue el éxito de este álbum que llegó acompañado de una gran y exigente gira que incluso le costó a la salud. «Estábamos en medio de una gira y mi médico me dijo que o guardaba silencio y reposo o no podría terminarla«, contaba la canaria en una de sus últimas publicaciones en redes sociales.
Fue en mitad de estas recomendaciones médicas cuando en su agenda tenía que atender a una rueda de prensa. Su disciplina y profesionalidad le llevó a no cancelarla, y su manera de afrontarla manteniendo el silencio que le habían recomendado los médicos fue comunicarse a través de una pizarra. ¡Sí, como lees!
«Los que me conocen saben que no me gusta cancelar nada, así que seguí adelante con la rueda de prensa y se nos ocurrió a todo el equipo que podíamos hacerla ayudándome con una pizarra. Y sí, ¡así lo hicimos!«, recordaba Rosana entre risas.
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