Tres retoques estéticos en uno, así ha sido el último paso por el quirófano de Rocío Flores que con esta ya acumula unas cuantas intervenciones desde su paso por Supervivientes 2020, dónde perdió 16 kilos, algo que supuso el inicio de su gran cambio físico.
Una operación de pecho, una lipoescultura, además de tratamientos corporales, inyecciones de ácido hialurónico en los labios, microblanding en las cejas y botox en frente y patas de gallo, son sólo algunos de los retoques a los que la joven de sólo 26 años se ha sometido ya.
Ahora la hija de Rocío Carrasco ha vuelto a pasar por el quirófano para volver a ponerse bótox en la frente, ya que su efecto como el del ácido hialurónico, es limitado.
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En esta ocasión además e bótox en la frente, que se puso la primera vez «para no parecer tan enfadada», se ha puesto ácido hialurónico en los surcos nasogenianos, las líneas que se marcan desde las aletas de la nariz hasta la comisura de los labios. Además se ha inyectado “péptidos biométricos que lo que hacen es hidratar y retexturizar la piel para prevenir el envejecimiento cutáneo”, tal y como explican desde lecturas.es.
Desde la misma publicación hablan del precio de estos retoques, aunque explican que depende del centro dónde se realice, podría estar alrededor de los 800 euros ya que, «El precio estimado de la aplicación de bótox es de más de 200€, el de ácido hialurónico de unos 400 y el del cóctel de vitaminas podría rondar también los 200€».
Sin embargo, es más que probable que en el caso de Rocío Flores haya sido bastante menos por la publicidad que da en su perfil de Instagram a las clinicas a los que acude. Incluso plantean que «podría haber sido un regalo de la clínica dada su notoriedad en redes sociales, especialmente Instagram, donde acumula ya 775 mil seguidores».
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