Desde que comenzó a salir en televisión, el cambio físico de Rocío Flores, de tan solo 26 años, ha sido impactante. Aunque ha mantenido siempre su mirada cristalina tan característica, la madrileña ha transformado casi por completo su físico, especialmente después de participar en Supervivientes (2020), el reality de Telecinco que pone a prueba el cuerpo y la mente de todos los concursantes.
De hecho, su salida del programa en el que tuvo que convivir en una isla con desafíos constantes, le hizo perder más de 16 kilos de peso. Por ello, ante este proceso de adelgazamiento por el que tuvo que pasar como aspirante del concurso, quiso volver a tomar las riendas de su cuerpo y estilizarlo.
Así que tomó la decisión hace nueve meses exactos de pasar por quirófano. La joven hija de Rocío Carrasco se hizo una lipoescultura que fue de lo más complicada. De hecho, cuando le han preguntado a Rocío Flores sobre cómo se ha sentido con la operación, ella siempre se ha sincerado al confesar que lo ha pasado mal, especialmente por el doloroso postoperatorio.
Sin embargo, la joven ha concluido el proceso de recuperación y asegura que todo ese esfuerzo ha merecido la pena. «Al principio todo lo veía negro. Habéis aguantado mis llantos (…) El cambio es evidente. Me ha compensado, me ha cambiado la vida…«, aseguraba la joven en un vídeo publicado en las redes sociales de la clínica estética que la ha tratado.
En estas imágenes, en las que se ve la realidad del resultado de la lipoescultura, la influencer aparece con un vaquero ajustado y un body negro entallado. «Estoy bien y estoy súper feliz con mi vida. Me ha compensado, me ha cambiado la vida, me ha mejorad la autoestima», respondía contenta en las imágenes.
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Además, ha explicado a la doctora que la ha acompañado en todo el proceso que ahora, tras la operación, se cuida mucho más la alimentación y ha admitido convencida que volvería a pasar por la liposucción. Cabe recordar que todo la operación la inició de la mano de la expareja de su padre, Olga Moreno, con quien antes tenía una buena relación pero ya ni siquiera tienen trato.
Aparte de la lipoescultura, Rocío Flores ya ha comentado en anteriores ocasiones que tras la gran pérdida de peso al participar en Supervivientes, la joven madrileña también fue intervenida de una mastopexia con prótesis, una cirugía para elevarle un poco el pecho que quedó algo más holgado tras el programa. Pero estos no han sido los únicos retoques por los que ha pasado.
También pasó por el bótox y al ácido hialurónico. pero lo más importante del todo el proceso de cambio físico, es que la hija de Antonio David Flores siempre ha garantizado que ahora se siente mucho mejor consigo misma y que esto le ha subido la autoestima.
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Para celebrar su nuevo físico y nueva etapa, Rocío Flores ha subido a su Instagram una foto en la que aparece desnuda en la bañera de forma discreta. Pese a que la fotografía es de lo más natural y artística, ella ha recibido múltiples críticas.
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