Los riesgos de retirar la parte podrida de la fruta y comerte el resto

Quitarle la parte pocha a la fruta y comérnosla es algo que hacemos muy a menudo, sin embargo, podría tener muchos riesgos

Estela Alba Hoyos

Comer fruta es muy importante en nuestro día a día y más aún incluirla en nuestras dietas. Este alimento es muy rico en vitaminas y aporta múltiples nutrientes a nuestro organismo, además de refrescante y saciante e ideal para llevárnoslo al trabajo cortadita, evitando que se oxide. Sin embargo, cuando compramos melón, naranjas, plátanos o cualquier pieza fresca es indispensable comérsela pronto porque si no a los pocos días es muy probable que nos encontremos una gran parte podrida.

¿Y qué hacemos ante esto? Pues normalmente cualquier persona que se encuentra una parte con moho procede a quitárselo y a comerse el resto de la fruta, aunque también es común hincarle el diente y darnos cuenta de que no está en buenas condiciones por el sabor que nos deja en la boca… Pero, ¡cuidado! porque cualquiera de estos actos puede derivar en muchos riesgos, aunque no afecte directamente a nuestra salud ni sea habitual que provoque algún tipo de malestar. No obstante, hay personas que han llevado a desarrollar algún tipo de alergia.

Los riesgos de quitarle el moho a la fruta

Lo cierto es que todas las frutas se acaban pudriendo tarde o temprano, como ocurre con casi todos los alimentos, aunque es cierto que hay algunos factores que aceleran ese proceso. Se trata de un proceso totalmente natural en el que algunos de los principales culpables son el aire, la humedad, la luz, la temperatura y, sobre todo, el crecimiento microbiano.

La mayoría de las frutas se echan a perder rápido debido a la invasión microbiana que ocurre después de que se produzca una reacción bioquímica natural. Aunque como adelantábamos no tiene porque generar un problema de salud en un individuo, tan solo pierde vitaminas y nutrientes, al final no podemos olvidar que son bacterias y microbios que ya están en su interior y al ingerirlo se meten en nuestro cuerpo.

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No obstante, uno de los riesgos que genera son las microtoxinas, sobre las que como advierte Rosa Porcel, investigadora en la Universidad Politécnica de Valencia, produce «hongos que ni se ven ni se huelen ni tienen sabor», pero que pueden derivar en «una intoxicación crónica, capaz de producir cáncer».

La fruta con mayor riesgo de infección

Parece curioso, pero una de las frutas con mayor riesgo de coger esta infección son las manzanas: «Y no sólo se infectan mientras están almacenadas, en el transporte o mientras las tenemos en casa, sino que puede suceder durante todo el proceso de cultivo, desde que se planta la semilla hasta que se recoge la fruta del árbol», añadía la investigadora Porcel.

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