Las primeras citas siempre suponen una auténtica bomba y muchas no precisamente para bien. Solo algunos privilegiados conectan con alguien en un primer encuentro, mientras que el resto tienen que hacer frente, como pueden, a algún desastroso encuentro, en el que las «red flags» que ha visto le han invitado a salir corriendo de la cita.
Y es que sabemos que es complicado encontrar una persona afín a ti o adecuada, pero cuánto más rápido te des cuenta de que lo que buscas no te lo va dar quién tienes delante, menos tiempo perderás. Para que te resulte más sencillo y no se te pase nada, te dejamos algunas «red flags» que podrían ponerte en preaviso sobre la decisión que acabas de tomar haciéndote ver que no es la mejor opción.
Un dato muy importante en los primeros encuentros es que, si no respeta tu punto de vista y hasta trata de imponerte el suyo, entonces haz caso a esos “warnings”. Durante los primeros encuentros es normal que charléis sobre temas más genéricos y os preguntéis sobre el pasado, si su reacción es un poco esquiva y no hace ni por entender tu opinión, sal de ahí cuánto antes. ¡Nada bueno va a traerte!
Observar cómo se comporta frente a los demás comunica muchas cosas sobre su forma de ser. Y si ves que no trata al resto de personas con amabilidad y respeto, no insistas y sí, huye porque es una «red flag» muy importante a tener en cuenta.
Cuando escuches a hablar a tu cita sobre sus otras relaciones y denotes que lo hace con un tono despectivo y hasta en más de una ocasión las culpabilice del fracaso de su vínculo, tenlo presente porque también es una «red flag». En este caso, denota que no hace autocrítica y que no tiene ningún tipo de responsabilidad afectiva.
Una alarma que, a no ser que se trate de algo urgente, debería hacerte pensar. Si ves que tu cita está ausente, consulta su teléfono con frecuencia o incluso, recibe llamadas durante vuestros encuentros, esto denota que no está apreciando el tiempo que le estás dedicando, que no respeta tus sentimientos y que, cuando toque ponerse serio, es probable que salga huyendo y no confronte.
Fíjate bien… ¿Te ha hablado a ti o lo está haciendo consigo mismo? Piensa que es difícil que nazca una conexión si la otra persona habla solo de él y en ningún momento te pregunta o te hace partícipe de la conversación.
Cada vez existen menos tabúes sobre el sexo, eso es cierto. Pero ten en cuenta que la otra persona no te conoce y no sabe hasta qué punto tú te sientes cómodo/a con este tema. Hay cosas que surgen de manera natural y no hace falta apresurarse para forzarlo. Así que, si ves que insiste, no tiene en cuenta por tus gestos cómo te sientes o simplemente, se centra en hablar de sus experiencias, debería saltarte un botón rojo porque sí, es una «red flag».
Si tras varias citas toca hablar abiertamente de lo que busca uno y ves que la otra persona trata de evitarlo a toda costa, entonces no pierdas más el tiempo y sal de ahí. Esa persona no es la correcta para ti.
Esta es probablemente una de las más primordiales en una relación o empiece de ella. Si en las conversaciones ves que no se centra en entenderte, en preocuparse por lo que sientes o no cuida sus palabras, esto denota que tampoco lo hará más adelante cuando el vínculo vaya más allá. Así que, en este punto no te preguntes qué es lo que quieres sino más bien córtalo antes de que empieces a tener más sentimientos por esa persona.
Esta podría guardar relación con la de hablar más de sus ex parejas o hablar en un tono un tanto grosero a la gente. La forma en la que te relaciones con los demás determinan en parte cómo eres. Por lo que en este punto y siempre con la mayor precaución del mundo, es conveniente preguntar por qué no guarda una buena relación con su familia y/o amigos. Si no es una respuesta lógica y además has encontrado más señales que indiquen “peligro”, no inistas y corta contacto con esa persona.
Está claro que hay «red flags» que son lo suficientemente fuertes como para no tener ya ningún tipo de contacto con la otra persona, pero es cierto que hay otros que son más “suaves” y en con los que a veces no sabes muy bien qué hacer. Además, estos últimos suelen ser casi más peligrosos porque suelen pasar más desapercibidos.
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