Este suceso fue la gota que colmó el vaso en la cita de Nuria y Manuel. «Quiero que sea un poco más alto que yo, si puede ser. Y que tenga todos los dientes. Que sea pulcro y limpio», comenzó pidiendo ella antes la sorpresa de Carlos Sobera.
Además, otra de las peticiones de Nuria era que viviera en un pueblo costero. No obstante, Manuel vive a 15 kilómetros de la costa.
Eso sí, cuando la comensal se enteró de que su cita en First Dates no hablaba catalán, el gesto no pudo ser más claro. «Madre mía, qué problema», dijo al mismo tiempo que se santiguaba.
La cosa no parecía ir nada bien, pero el humor no desapareció de la cena. Al hablar de sus relaciones más íntimas, no se cortó un pelo: «Como no cojan un taladrador de esos, yo creo que soy virgen otra vez, te lo juro. Ni con un taladro, no me entra ni un lápiz».