No me llames Dolores, llámame Lola, seguramente alguna vez has escuchado esta frase de alguien al que lo bautizaron con un nombre y con el paso de los años lo han llamado de otra forma hasta quedarse en ‘su nombre oficial’. Los apelativos familiares ya han dejado de ser pseudónimos cariñosos para pasar a ser nombres propios que se pueden inscribir en el Registro Civil.
Esto ha hecho que muchas personas que no se ven identificadas con su nombre de pila o que no les gusta tomen la decisión de empezar este trámite en España. Un proceso que, a priori, puede parecer más complicado de lo que realmente es, pero que está al alcance de cualquier español.
Para solicitar un cambio de nombre en España, se puede hacer por dos vías: por un lado, de forma presencial y por otra mediante una solicitud de correo certificado.
En España hacer este trámite es totalmente gratuito y la solicitud es bastante sencilla de rellenar. Asimismo, cualquier ciudadano español que desee cambiar su nombre, así como sus apellidos o el orden de estos podrán hacerlo sin ningún coste.
Cualquier proceso legal requiere de documentación básica donde se recojan todos los datos. A continuación, te detallamos qué necesitas llevar al Registro Civil, según se detalla en el Gobierno de España:
Aunque es cierto que el tiempo que tarda en efectuarse el cambio de nombre puede depender según el tribunal donde se lleve a cabo, mayormente esto suele tener una duración de 3 meses. De ahí que desde las instituciones recalquen la importancia de hacerlo con bastante tiempo de antelación en caso de ser urgente.
Si estás pensando en cambiarte de nombre porque el tuyo no te convence, no te gusta o porque con el tiempo has adquirido otro pseudónimo, este proceso es muy sencillo, pero tiene algunas limitaciones.
Puedes escoger casi cualquier nombre entre los infinitos que hay, y decimos ‘casi’ porque hay algunos que son rechazados por atentar contra la dignidad del menor. Algunos de ellos son Hitler, Stalin, Judas, Osama o Bid Laden. Asimismo, también se puede optar por los apelativos familiares o cariñosos que se utilizaban antiguamente y que han llegado a nuestros días: Pepe, Manolo, Lola y Concha, por ejemplo.
Tampoco está permitido elegir más de dos nombres simples o de uno compuesto. Por otro lado, también son rechazados aquellos que puedan causar confusión a la hora de identificar a la persona.
¿Qué pasa si el nombre está en otro sistema de escritura como chino, árabe o japonés? Pues en este caso se tendrá que adaptar de manera gráfica y fonética y que sea lo más similar posible a nuestra lengua.
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