En un mundo en el que las reinan las relaciones fugaces e inestables, uno siempre busca que la suya sea sana y que brinde más momentos de paz que quebraderos de cabeza. Por eso, es importante aprender a identificar las red flags para saber si verdaderamente hay patrones tóxicos y en este caso, evitarlo para no caer en este círculo vicioso. En los últimos tiempos, el mundo de las relaciones se ha llenado de términos que definen actitudes o comportamientos tóxicos que es conveniente no tolerar y que en el peor de los casos, pueden traer graves consecuencias para las personas que lo sufren. Ahora ha salido a la palestra un nuevo concepto, el firedooring, que se utiliza para hacer referencia a aquellas relaciones de pareja en las que uno muestra mayor interés que el otro.
Pese a que uno de los conceptos más conocidos a estas alturas es el ghosting, que se utiliza para definir cuando una persona desaparece de tu vida sin dar explicaciones, la realidad es que existen mucho más como el benching, cuando una persona te convierte en su plan B; el breadcrumbing, cuando la otra parte solo contacta contigo para mantener el interés vivo; el roaching, que es cuando te siguen la pista en redes sociales pero no da el paso para nada más; el love bombing, que es cuando una persona muestra mucho interés al principio y luego nada; el orbiting, que es cuando una persona te manda señales a través de las redes sociales; el whelming, que hace referencia a la actitud pasiva de esa persona para generar mayor interés y el cricketing, que hace referencia a cuando una persona desaparece y luego vuelve; ahora se le suma un nuevo concepto a la lista: el firedooring.
Este término hace referencia a esas relaciones descompensadas en la que una parte puede hacer lo que quiera en la relación, mientras que la otra se encuentra completamente atrapado. Normalmente, como todo, no es un simplemente hecho aislado y van dejando pequeñas señales que tendrían que hacer saltar todas las alarmas a la persona que lo sufre.
Es cierto que cada vez afloran más términos procedentes del mundo de las citas y flirteo, los cuales siempre provienen del mundo anglosajón. En esta ocasión, firedooring hace alusión en el sentido más amplio del término a las puertas de emergencia que se usan en caso de incendio o situación de peligro.
Estas únicamente se abren en una dirección, es decir, desde dentro y esta es precisamente la clave que se quiere resaltar. Para entenderlo, y en materia de relaciones interpersonales, este termino define aquellas historias de amor desproporcionadas y desiguales en las que uno de los miembros muestra mucho interés y en cambio, el otro no lo muestra o si lo hace es por situaciones de puro interés. La balanza no es equilibrada.
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De esta forma, la persona que muestra interés queda completamente atrapada en la relación con la esperanza de que la situación cambie y la otra puede hacer y deshacer lo que quiera a su antojo. Se trata de un tipo de comportamiento que erróneamente se cree que es para mantener la chispa viva, pero realmente supone ejercer control sobre la persona y les impide pasar página.
Este tipo de situaciones son más frecuentes de lo que uno cree y es cierto que, en el momento en el que caes en una relación tóxica, es muy difícil salir de ahí. Por eso, es importante prestar atención a los comportamientos previos dentro de la relación que ya alertan de que algo no va bien.
Además, las personas que lo sufren tienden a pensar que este tipo de relaciones son «normales» y que son las que «merecen». Algo con lo que tienden a conformarse en vez de salir de ahí corriendo. Por tanto, es importante saber identificar el firedooring y cerrar esa para siempre.
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