Lo ha explicado el periodista especializado en ciencia y medio ambiente de la Cadena Ser, Javier Grégori, un equipo de investigadores de la Universidad de Estocolmo ha hablado de los grandes problemas que amenazan la supervivencia de la humanidad, entre ellos, » la contaminación química, las enfermedades infecciosas, el cambio climático o las guerras», algo a lo que han llamado «callejones sin salida evolutivos». Pero además han incluido otras trampas evolutivas como la inteligencia artificial, aunque dicen que de momento es la que menos amenaza el futuro de nuestra civilización, explica en la web de la Ser.
Y es que según explica, para estos científicos, «la evolución de la humanidad ha sido una historia de éxito extraordinario». Pero la época geológica moldeada por los humanos, el Antropoceno ha traído consigo crisis globales como «la pandemia de la Covid-19, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las crisis financieras y los conflictos bélicos», que se han producido a la vez que algo que los científicos han llamado ‘policrisis‘ y que consideran peligroso.
Peter Søgaard Jørgensen, investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo de la Universidad de Estocolmo y de la Real Academia Sueca explica que los humanos somos ‘increíblemente creativos como especie‘, «somos capaces de innovar y adaptarnos a muchas circunstancias y podemos cooperar a escalas sorprendentemente grandes», pero esto sin embargo puede tener consecuencias no intencionadas.
Y es que Jørgensen es el autor principal de un nuevo estudio histórico publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B. que demuestra como la humanidad podría quedarse atrapada en esas trampas evolutivas que surgen a partir de innovaciones que en un principio son exitosas.
En un principio han identificado catorce de estas ‘trampas’, entre las que están «la simplificación de la agricultura, el crecimiento económico que no genera beneficios para los seres humanos ni el medio ambiente, la inestabilidad de la cooperación global, la crisis climática y la inteligencia artificial», explica y añade que lo más preocupante es que doce de estas trampas se encuentran en un estado avanzado, lo que supone que «la humanidad está a punto de quedarse estancada hasta un punto en el que resulta muy difícil salir». Además señalan la autonomía de la tecnología (IA y robótica) y la pérdida de capital social a través de la digitalización cómo las dos que están menos avanzadas.
Lan Wang-Erlandsson, investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo de la Universidad de Estocolmo y co autor del estudio explica que «En los sistemas globales actuales, los problemas sociales y ambientales crecen en lugares que parecen distantes para las sociedades que podrían prevenirlos» y añade que para poder abordarlos debe haber una colaboración global «a una escala con la que muchas fuerzas evolutivas a menudo no se alinean bien».
No obstante los investigadores ponen un atisbo de esperanza en todo esto explicando que «no significa que la humanidad esté condenada al fracaso…pero debemos empezar a transformar nuestras sociedades activamente». Para ello debemos tomar conciencia de la nueva realidad y avanzar de manera colectiva hacia dónde queremos como especie, explica Jørgensen. Algo para lo que tenemos capacidad y de lo que ya estamos viendo señales.
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