Una playa repleta de algas.

Preocupación por el alga tóxica ostreopsis en las playas españolas: qué son y cómo pueden afectarte

El aumento de la temperatura favorece su proliferación

Teresa Moreno

En verano las playas y la proliferación de algas van casi de la mano. Esta situación a muchos tiende a producirles cierto rechazo y a otros simplemente no les importa lo más mínimo ya que lo que buscan es darse un refrescante baño. En cualquier caso, el cambio climático y el aumento considerable de las temperaturas han traído a las playas españolas un tipo de alga que está poniendo en jaque a los bañistas. No te acarician los pies, pero sí pueden resultar tóxicas y provocar problemas de salud.  

Se trata de un alga tropical conocida bajo el nombre de otreopsis que empezó a aflorar en la década de los 90 en toda la costa catalana y que se han mantenido con mayor o menor intensidad hasta la actualidad. Según la investigadora del IMC-CSIC, Magda Vila en una entrevista a los Informativos de Antena 3 se trata de una “especie invasora” que “empezó detectándose en determinadas playas y con los años se ha ido expandiendo». 

Hasta aquí podría parecer todo normal, pero la realidad es que en 2003 se detectaron los primeros casos de bañistas que estando en contacto con el agua acababan presentando problemas respiratorios como los que produce la gripe.

En palabras de la investigadora, los síntomas duran pocos días y suelen ser: “moqueo, irritación de garganta, tos y en alguna ocasión, fiebre”. Aunque este último puede ser un caso excepcional.

¿Cómo puede afectar a tu salud el alga ostreopsis? 

Según ha adelantado la experta este tipo de alga invasora prolifera con mayor frecuencia en playas rocosas. Eso sí, reconoce también que no hay que alarmarse, ya que las posibilidades de contagiarse varían teniendo en cuenta el momento exponencial del alga. Por lo que si estás en el mar y el alga no se está liberando de sus toxinas, entonces no tendrías de que preocuparte. 

Además, a diferencia de otras algas, no solo te contagias al estar en contacto directo con el mar, ya que las supuestas toxinas del agua pasan al aire y al respirar ese ambiente contaminado es cuando se pueden producir los síntomas. Magda Vila alerta que se pueden empezar a detectar estos supuestos síntomas con solo pasar cuatro horas en la playa, pero que estos tienden a reducirse a las horas. 

Pese a que este tipo de plaga empezó a detectarse en el Mediterráneo, poco a poco ha empezado a proliferar en otras costas como la del Atlántico en Portugal o el Cantábrico en el País Vasco.

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