Desde aarp.org se refieren a la psicóloga y profesora adjunta de Psicología en Mount Sinai, en Nueva York, Shannon O’Neill que explica que «llorar es una señal de que necesitas prestar atención a algo a lo que tu cuerpo está reaccionando… hacerlo te permite aceptar las emociones que puedes o no haber reconocido del todo».
Y además explica por qué hace que nos sintamos mejor de manera inmediata. Esto es gracias a que activa el sistema nervioso parasimpático (SNP), que es una especie de regulador interno de cómo gasta energía nuestro cuerpo que se relaciona a menudo con procesos de descanso («rest and digest»). «Una vez que el llanto activa el SNP, empezarás a sentirte tranquilo», explica.
Desde la web de Mundopsicólogos apuntan otro beneficio de llorar: reduce nuestra ansiedad ya que tensamos y relajamos nuestro cuerpo y nos hace eliminar toxinas. Además, explican: «llorar y permitirse estar triste es valiente ya que te hace enfrentarte a lo que sientes». Al llorar nuestro cuerpo libera tanto oxitocina como endorfinas, dos sustancias químicas que nos hacen sentir mejor y nos ayudan a aliviar tanto el dolor físico como el emocional.
Y un beneficio de las lágrimas que tiene mucho más que ver con lo físico, llorar nos ayuda a mantener los ojos sanos, tal y como explica en aarp.org, Deborah S. Jacobs, profesora adjunta de Oftalmología en la Facultad de Medicina de Harvard, «la córnea, o superficie frontal del ojo, es similar al cristal de un reloj en el sentido de que protege el globo ocular y debe permanecer despejado. También necesita mantenerse húmedo. Las lágrimas ayudan con ambas funciones e incluso contienen enzimas y anticuerpos que ayudan a combatir las infecciones.»
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