España ha hecho historia frente al público europeo con un segundo puesto muy merecido. Sandra Valero ha estado a punto de ganar Eurovisión Junior 2023 gracias al pegadizo estribillo de Loviu, que recita un «te quiero» hasta en cinco idiomas: español, inglés, francés, italiano y portugués. Así, nuestra propuesta nos ha hecho tocar con la punta de los dedos el micrófono de cristal, consiguiendo la segunda mejor valoración por parte del público y quedando tercera para el jurado profesional.
Y es que, a diferencia de la inmensa mayoría de representantes que hemos mandado a festival en su versión de adultos, las actuaciones de nuestros jóvenes talentos siempre logran conquistar a los eurofans. España fue uno de los países fundadores que debutó en el I Festival de Eurovisión Junior en 2003. Es de los que mejor recorrido y posiciones ha llevado en el certamen, obteniendo la icónica victoria en 2004 con la artista María Isabel y su canción Antes muerta que sencilla, tres segundos puestos, dos terceros puestos y un cuarto.
Tras un importante parón, el año pasado RTVE decidió regresar al festival con una gran voz y un potente mensaje. La cantante Melani García representó a nuestro país en su retorno con el tema Marte, quedando en tercera posición con muy buenas críticas.
De este modo, es imposible no preguntarse porqué si tenemos tanto éxito en el festival de niños, no conseguimos el mismo reconocimiento en Eurovisión. Y no es por falta de talento. Por los grandes escenarios del certamen europeo han pasado grandes voces como Pastora Soler, Blas Cantó, Ruth Lorenzo o Blanca Paloma. Sin embargo, y a excepción del merecidísimo tercer puesto de Chanel hace dos años, los resultados no han sido tan favorecedores.
Si echamos la vista atrás y repasamos la trayectoria de España en el Festival llama la atención que, habiendo participado 62 ocasiones, tan solo hemos ganado en 2 de ellas y quedado en otras 29 ocasiones entre los diez primeros. Es más en los últimos años, el resultado más repetido se ha movido entre el puesto 17 y el 26. Entretanto, nuestros representantes en Eurovisión Junior hasta la fecha, iban a ganar y cualquier de ellos podría haberlo hecho.
Si bien el Festival de Eurovisión de adultos tiene una gran cantidad de países participantes (en torno a cuarenta) no sucede lo mismo con la versión junior que no suele llegar a la veintena. Además, existen dos diferencias claves con la edición senior: deben cantar obligatoriamente en el idioma del país que representan, y solo pueden participar una vez.
Por lo demás, la dinámica viene a ser bastante parecida. Cada país otorga puntuaciones del 1 al 8, además del 10 y el 12 a las actuaciones que más les hayan gustado a sus jurados. El 50% de los puntos restantes corresponderá al famoso televoto, he aquí el quid de la cuestión. En la edición junior, España puede votarse a sí misma de forma ilimitada, y los votos del público cuentan la mitad de la clasificación. Esto podría ser una de las claves de que nuestro país obtenga muchos mejores resultados en esta versión del formato. Y es que el apoyo y la implicación del público español en el festival es masivo, y por tanto, decisivo. ¿Obtendría España un mejor puesto en Eurovisión si se dejase votar al público por su propio país? La respuesta es un rotundo sí.
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