Es por ello que durante el programa ha hablado sobre el tema considerándolo un ataque en toda regla: «Me ha llamado gorda, que lo sepa toda España. La señora Carmen Lomana que va de paz y súper educación me ha llamado gorda. Lo has hecho a propósito, lo ha visto todo el mundo». Todo esto, lo decía mientras la empresaria negaba haberlo hecho con mala intención.
«Tú no sabes si detrás de cada persona que tiene sobrepeso hay un problema hormonal, de salud mental o de medicación. Entonces, como no lo sabes, como vives en tus mundos de yupi», continuaba Pilar con su discurso, aunque Lomana, por su parte, estaba muy enfadada y a punto de dejar el plató: «Yo no te he insultado, no mientas, no vengo aquí a discutir».
Pese a las advertencias de la empresaria, la periodista proseguía criticando los comentarios de su compañera: «Imagínate que estamos hablando de gente mayor y digo ‘ay, perdóname Carmen’», aunque a Lomana no parecía resultarle muy efectiva esta conversación, y empleó una actitud mucho más pasiva: «Pues muy bien, yo no tengo ningún complejo».
Toda esta situación iba poniendo más nerviosa a Pilar Vidal, ya que la actitud y contestaciones de la aristócrata le gustaban cada vez menos. «Es un problema de salud y tú insultas a la gente que está enferma. No me hace ninguna gracia. Hay gente aquí que sí me conocéis y sabéis cuál es mi problema. Yo nunca he estado así, he tenido un problema, que no lo voy a contar aquí, y ahora estoy poniendo solución».
Vidal, muy convencida de sus palabras, continuó: «A la única persona que le consiento que me lo diga, y me duele muchísimo, es a mi madre, que es la primera que me lo dice. Solo lo consiento a ella. Al resto, a nadie, pero porque yo no lo hago. No se me ocurriría ni con las delgadas ni con las gordas ni con las más guapas o feas. Me puedo meter con la opinión del alguien o con el acto de alguien, pero nunca con el físico. No, jamás», decía tajantemente la periodista.
Acto seguido, Vidal no pudo evitar derrumbarse por pensar en su progenitora. «Mi madre es la persona que más quiero y es la que más me lo dice. Es muy crítica conmigo y sé que lo hace porque me quiere. A veces discuto mucho con ella y estamos sin hablarnos un rato. Es a la única persona a la que se lo acepto porque sé que me quiere. Al resto no lo voy a tolerar ni para mí ni para nadie, porque no sabes lo que hay detrás y el daño que puedes hacer».
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