Y es que estamos sometidas a un bombardeo constante de serums y cremas de lo más atractivos, además de por la publicidad que les acompaña, por los resultados que prometen, hidratar nuestra piel e incluso acabar con las arrugas más profundas, sin ir más lejos. Todo esto hace que muchas veces sea complicado resistirse a probarlas.
En este sentido, la farmaceútica Inmaculada Canterla, especialista en dermocosmética, nutrición, dietética y medicina antiaging y directora de Cosmeceutical Center explica en el mismo medio que «las pautas autoprescritas, desordenadas, sin orden ni concierto, siempre conducen a pieles saturadas, inestables, irritadas, ocluidas… No a cutis bonitos, saludables y bellos”.
Y es que este exceso de activos sobre nuestra piel puede manifestarse con signos como piel irritada, seca y con un tono apagado, pero también en forma de rojeces e incluso acné, explica en el mismo medio el cosmetólogo, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, Pedro Catalá.
El consejo de Canterla es tener una buena rutina compuesta por limpieza, suero de tratamiento, hidratación y filtro solar diurno, aunque matiza que no hay una regla fija para todo el mundo y que depende de la piel de cada persona, ya que una fórmula «lleva ya varios activos y para hablar de número de activos o número de productos hay que tener en cuenta para qué tez es», explica.
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