Aunque excedernos con el alcohol puede pasar factura a nuestra dermis en forma de piel apagada, con tono cetrino y deshidratada, hoy nos referimos a un concepto que nada tiene que ver con el alcohol: ‘piel borracha’, que según explica en El Confidencial, la cosmetóloga y biotecnóloga de Byoode, Sonia Ferreiro hace referencia a aquella piel que «tiene demasiados principios activos aplicados en su rutina diaria y, lejos de ayudarla, le pueden estar produciendo una congestión o fatiga».
Y es que estamos sometidas a un bombardeo constante de serums y cremas de lo más atractivos, además de por la publicidad que les acompaña, por los resultados que prometen, hidratar nuestra piel e incluso acabar con las arrugas más profundas, sin ir más lejos. Todo esto hace que muchas veces sea complicado resistirse a probarlas.
En este sentido, la farmaceútica Inmaculada Canterla, especialista en dermocosmética, nutrición, dietética y medicina antiaging y directora de Cosmeceutical Center explica en el mismo medio que «las pautas autoprescritas, desordenadas, sin orden ni concierto, siempre conducen a pieles saturadas, inestables, irritadas, ocluidas… No a cutis bonitos, saludables y bellos”.
Y es que este exceso de activos sobre nuestra piel puede manifestarse con signos como piel irritada, seca y con un tono apagado, pero también en forma de rojeces e incluso acné, explica en el mismo medio el cosmetólogo, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, Pedro Catalá.
El consejo de Canterla es tener una buena rutina compuesta por limpieza, suero de tratamiento, hidratación y filtro solar diurno, aunque matiza que no hay una regla fija para todo el mundo y que depende de la piel de cada persona, ya que una fórmula «lleva ya varios activos y para hablar de número de activos o número de productos hay que tener en cuenta para qué tez es», explica.
A su vez desde Cosmopolitan explican como acabar con esa ‘piel borracha’, una vez identificada, «En el caso de las pieles sensibles, optaremos por seguir una rutina centrada en la hidratación donde las ceramidas estén presentes. De esta forma, conseguiremos restablecer la barrera de la piel eliminando los granitos y consiguiendo una piel más revitalizada. Por el contrario, en el caso de las pieles asfíticas, seguiremos una rutina basada en la exfoliación, la renovación y la seborregulación», explican.
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