Según los expertos obsesionarse con la pérdida de peso puede llevar a realizar prácticas poco saludables para nuestro organismo y respecto a la manera y frecuencia de pesarse explican que «lo ideal es pesarse a primera hora de la mañana, con poca o ninguna ropa, tras ir al baño y antes de desayunar. Es recomendable hacerlo a la misma hora para que la comparación del peso sea similar en los diferentes pesajes», cuentan desde 20 Minutos.
En el mismo medio expertos de la Clínica Sarabia matizan que nuestro cuerpo puede tener variaciones de hasta un kilo en el mismo día y que estas «no obedecen a variaciones del porcentaje de masa magra o grasa corporal». Además señalan que durante el fin de semana podemos subir de peso, esto es porque estamos expuestos a situaciones que animan a que comamos más o picoteemos esos alimentos que de lunes a viernes nos hemos prohibido, explican desde quironsalud.es y en el caso de las mujeres los ciclos hormonales también influyen.
Además desde la web de la Clínica Quirón explican que «Pesarse a diario provoca una inevitable comparación con el peso de los días anteriores, pérdida de perspectiva al olvidarnos del peso de hace una semana o un mes, y asociación del resultado con lo que hemos comido o la cantidad de ejercicio realizado. Esto genera una obsesión y necesidad de control excesiva sobre la comida y la actividad física».
Y añaden que si el resultado que vemos en el peso no cumple nuestras expectativas nos frustramos y desmotivamos, además de sentirnos culpables por nuestra falta de autocontrol. Por eso lo más recomendable es pesarse una vez a la semana explican desde Man Medical Institute y añaden que «hacerlo con mayor o menor frecuencia dependerá de la estabilidad emocional y decisión de cada uno».
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